viernes, 13 de febrero de 2015

Arte Mayor y efímero

Tras mi primer ensayo general, o presentación no abierta (aunque pública) ante un público entre amigos y conocidos, me asaltan las ganas de escribir. Fue anoche, en El tablao de Cádiz; la chirigota: "Chicharrón Valey. Innovación Provenzal", la chirigota de Cossi. La primera chirigota en vivo de mi vida, a la que mi amigo Javier Benítez ha pertenecido siempre, así como José Sánchez.

Decía Luis Lázaro sobre arte mayor y lo es, también en mi opinión, además de efímero, lo que lo hace aún mayor si cabe. Se escribe todo un repertorio musical solo para unos días de todo un año. A esa música se le acomodan textos de diferente métrica y calidad. Se le incorpora todo un aparato divulgativo. El humor es la urdimbre de tanto tejido. La trama del paño son los chirigoteros, los que lo hacen todo: trataremos de bucear en su por qué durante estos días.

Una literatura oral rimada, tamizada con la gestualidad teatral que al uso un tanto primitivo de la lengua, en su dimensión de comunicadora elemental y callejera, corresponde añade, naturalmente, un elemento más de comicidad.
Lenguas como látigos para señalar hechos concretos a la manera de un periodismo urgente improvisado o de una oratoria que supera en libertad a la de los ‘corner speaker’ de The Speaker's Corner en Londres: en Cádiz se le dice al rey lo que es del rey.

Chicharrón Valey. Innovación Provenzal. En "El tablao"

Genialidad musical lograda con elementos sencillos y a los que no solo pertenecen guitarras, cajas, bombos, guiros, pitos de carnaval, etc., sino el saber coral del canto y la dicción. Ritmo, armonía. Arte mayor, el arte musical de las calles de Cádiz, que se suma al arte mayor literario de sus esquinas y cantones.

Su característica de efímero hace, por fin, del carnaval callejero un arte mayorísimo, por esa fluctuación de miembros que cada año entran (para no salir ya nunca, excepto en 'excedencia' por paternidad, maternidad, emigración, otras actividades) y que cada año se vuelven a formar como chirigota. Por esto a las chirigotas se las nombra por el tipo y el año en que lo sacaron. Y por la persona que, con los años, se haya convertido en el alma del grupo.

Qué ciencia infusa maneja está población capaz de tal integración, de tal dinamismo, de tal competencia adaptativa. Y qué inteligencia para ver que cada nueva formación tiene sus nuevas premisas de creación.
Este carácter efímero de las agrupaciones hace que su arte haya que admirarlo con el mayor respeto.


©Pablo Martínez-Calleja, 2015

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