Iba a ser una antología, pero hicieron bien en llamarla anTOTOlogía,
porque estas mujeres hacen en Carnaval lo que en lengua de Carnaval viene
siendo hacer lo que les sale del ‘toto’. No hay tal antología, sino unas coplas
tomadas de otro repertorio más una gran parte de repertorio especialmente
escrito, o quizá lo tuviera la Ginesta en un cajón escondío, pero desconocío.
La música vuelve a ser una seña de identidad de esta chirigota de
género, femenino. La música y sus voces de coral. Todo de gran calidad, y
valentía el querer cantar así en la calle. El cosido es de la aguja de oro de este año, 2017 (la peluca y los complementos -me apunta Marta Ginesta-; el cosido es de Pilar Fopiani).
“Sin ti no soy nada” es la historia de una mujer concebida con alma de
niña por sí misma y por mandato cultural. Una cultura que acostumbra a la mujer
a no ser nada sin su familia o sin su hombre.
Cadiwoman da la vuelta precisamente a esta canción para convertirla en
la crítica contra todos esos micromachismos que flotan en el aire. En realidad,
la canción original como la copla de Susana Ginesta muestran la ola que choca
contra la existencia femenina y trabaja cotidianamente por su anulación o su
existencia subalterna:
“Sin ti no soy nada,
“Sin
ti, niña mala;
como una pelusa en un jersey de lana;
sin
ti, niña triste
sin ti yo no aparco,
que
abraza su almohada
si tú no me indicas me muero de asco.”
tirada
en la cama.”
Unos versos, los de Cadiwoman, que dejan a las claras el lugar de la
mujer, y que parece, ¿parece?, que la dependencia real, funcional y legal de la
mujer no se hubiera esfumado, a pesar de una nueva legalidad con ya cuarenta
años de historia.
Siguen llenándose la boca, much@s, con la España tan diferente y
moderna que hoy habitamos. Las Cadiwoman nos dejan ver que los cambios, ante la
prueba del algodón, se desvanecen en cuanto miramos un poco más detenidamente.
No hay tales cambios radicales que hayan dejado irreconocible nuestra sociedad.
Esta afirmación es solo un precioso objeto de consumo, y por eso, también por
eso, el Carnaval de género sigue siendo tan necesario.
Vuelven, las Cadiwoman, a sacar el clítoris y hacen muy bien. Esa
perla escondida en la fisiología femenina, negada, y que la Ginesta con todo su
coraje saca a la luz pública, una vez más, para empoderar a las mujeres y a los
hombres que también gozan la ‘pepitilla’ a lo colibrí.
Vuelve a ser un Carnaval de contra cultura, de enfrentamiento con el ‘status
quo’ de una pretendida ‘alta cultura’ que lo que en realidad es, es la cultura de
los que se aferran a lo más alto de la sociedad, apoyados por las pobres almas
miedosas, como la de la canción de Amaral: “sin ti no soy nada”. Ni siquiera
‘nadie’: nada. La cosificación, inconsciente pero eficiente; el delirio de una
cultura androgénica, en la que siempre hubo hombres que tampoco la deseaban, que
aumentan en número y visibilidad.
Cadiwoman es una Chirigota de buen rollo y alegría, que va dejando los
jirones de su desaguisado detrás de cada morfema que pronuncian. Una Chirigota
fundamental para la fiesta de Cadi. Y una demostración más de que Carnaval es cultura,
Cultura y alta cultura; contra cultura. Y que crea escuela, obsérvese que este
año Ana López ha salido a las calles también con el clítoris en sus coplas.
©Pablo Martínez-Calleja, 2017
Creo que merece la pena adosar, aquí, el texto completo de la canción
de Amaral. Un canto por la anulación de la mujer en su vida emocional excepto
que esa vida emocional dependa exactamente de su hombre.
Sin ti no soy nada,
Una gota de lluvia mojando mi
cara
Mi mundo es pequeño y mi corazón
pedacitos de hielo
Solía pensar que el amor no es
real,
Una ilusión que siempre se acaba
Y ahora sin ti no soy nada
Sin ti niña mala,
Sin ti niña triste
Que abraza su almohada
Tirada en la cama,
Mirando la tele y no viendo nada
Amar por amar y romper a llorar
En lo más cierto y profundo del
alma
Sin ti no soy nada
Los días que pasan
Las luces del alba
Mi alma, mi cuerpo, mi voz, no
sirven de nada
Porque yo sin ti no soy nada
Sin ti no soy nada
Sin ti no soy nada
Me siento tan rara
Las noches de juerga se vuelven
amargas
Me río sin ganas con una sonrisa
pintada en la cara
Soy sólo un actor que olvidó su
guión,
Al fin y al cabo son sólo
palabras que no dicen nada
Los días que pasan
Las luces del alba
Mi alma, mi cuerpo, mi voz, no
sirven de nada
Qué no daría yo por tener tu
mirada
Por ser como siempre los dos
Mientras todo cambia
Porque yo sin ti no soy nada
Sin ti no soy nada
Sin ti no soy nada
Los días que pasan
Las luces del alba
Mi alma, mi cuerpo, mi voz, no
sirven de nada
Qué no daría yo por tener tu
mirada
Por ser como siempre los dos
Mientras todo cambia
Porque yo sin ti no soy nada
Sin ti no soy nada
Sin ti no soy nada
28.03.2017 - 16:22h.
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