jueves, 19 de febrero de 2015

Los Barbapasta

No les vi en su presentación, con esas barbas del diablo que yo agradezco que hayan anulado de su figurín. Hubiera sido absolutamente rotundo que hubieran podido dejarse crecer sus barbas y sus pelos y aparecer de un modo así de natural. No se debe pedir tanto…


Sí, tengo que corregir al gaditano carnavalero, con licencia literaria, y decir que ellos salen con figurín y no con tipo. Perfectamente caracterizado su personaje y con un trabajo actoral de superior categoría, manejan la mímica y diría que hasta el movimiento, en ese espacio mínimo entre ellos y el aliento y sus aficionados venidos hasta de México o Ecuador. 


Además de buenos cocineros y buenos conversadores, son gente de sana cultura y nos regalaron su enciclopédico conocimiento del carnaval. De suerte que hay que seguir repitiendo que la genialidad tiene su cuna en el conocimiento. Y de un humor, suyo natural, imparable (“(…) Cádiz es todo, Cádiz es nada, es gente andando, es gente parada. / Tiene su Yang, tiene su Ying, tiene su Cá, tiene su diz.”) Estas cuartetas son una de las muestras geniales de ese humor modernizador del Carnaval que estos Los del Perchero han sacado a las calles de Cádiz desde hace ya tiempo.


Salen representando, por cierto, ese conocimiento vacío y anecdótico tan de moda, la afectación y la pose ( “Mis influencias socio-culturales son: / Victoria Beckham, Dostoievski y Pocoyó”).
Sus textos son mucho más agrios que lo que quizá parezcan porque su amaneramiento los vaya endulzando y su elección léxica sea, a primera vista, quizá mucho más amable que a la tercera:

“Marco tendencias, defino vanguardia,
soy trending topic de la modernidad.”


Un figurín impone más o menos. El de los cardenales era llamativo, contundente. Su figurín actual lo es menos, si lo pensamos bien. Y no solo porque ya un centenar de personas les hayan pedido comprarles su pantalones. De los pies a la cabeza, no hay ni un detalle dejado al azar.

No se les pasa por alto que el Carnaval también sufre desatinos:

“Este folclore de la contracultura que hay quien se
empeña en llamarlo Carnaval
se plasma en esta alfombra con ese toque chic
de vidrios de botellas mezclados con orín, (…)”.
Lo que me lleva a recordar como una noche alguien me dijo que Los del Perchero no son carnaval. Que son más bien Le Luthiers. Bueno. A mí me parece que los verdaderos Le Luthiers del Carnaval de Cádiz son Los Guatifó (sin serlo realmente…, son ellos mismos), las similitudes son amplias, así como el invento de, por ejemplo, el bajo con bidón del año pasado (Son de Guatifó) e incluso aquel bolero “Gustavo”. Esto nos llevaría, entonces, a colegir que tampoco Los Guatifó sean carnaval. ¿Qué es carnaval entonces? Humor, con música y texto, que se dé en las calles de Cádiz cuando a Cádiz le dé la gana. Metáfora contra el Poder, queja sexual (más retórica que real), deseo de ser otr@.
Si quisiéramos utilizar otra expresión que nos ayudara más a una observación en paralelo del hecho cultural, podríamos decir que Caranaval es ya cabaret. Y que el cabaret tiene muchas diferentes formas también. Gracias a todo este remolino, del que Los del Perchero son padres legítimos, entre otros, el Carnaval de Cádiz avanza en su ‘afortunada desaparición’.

No ha faltado su referencia a las leyes de la física (Manual del buen corrupto), aunque sí parece que el canto a Pi quedará en los anales del carnaval callejero de Cádiz. Sus cultismos llegan, como siempre, bien. Sus juegos de palabras (“un concurso apalabrado suena bien” o “ se reparte lo que sobre, sobres es lo que se reparte”)

Mención aparte, por su genialidad y su aguda visión de lo manipulativo, merece el Piropo universal, para el que casi no tengo palabras y les dejo con un vídeo de su pase. Verdades hechas con plantilla para contentar a quien sea en todo momento.


Por último, su estribillo minimalista es otra de las sorpresas que hacen funcionar el humor. Y una vez más recordar que el humor es más sonrisa que risa, que el humor nos mueve a catarsis. La importancia del humor inteligente, culto y cultivado es de impagable deuda.


Cené otra noche con ellos y con Alma Andaluza. Imborrable. Su humor constante, su inteligencia, sus comentarios educados hacia el resto de la calle. Cantaron, luego, juntos, en una plazuela de La Viña, un lugar donde solo esa noche sopló el viento y estábamos todos ya arrecíos y con el 'cuerpo cortao'. Allí nos hicieron olvidar la ‘humedad’ de Cádiz. Yo si pienso en el Carnaval de Cádiz pienso en Cá y en diz, pienso en sus calles abigarradas, y en varias chirigotas, aunque pudiera parecer injusto. Los del Perchero son una de ellas.


©Pablo Martínez-Calleja, 2015

"Qué asco de carnaval"

¿Qué sería del Carnaval sin Los Punkies? Su muerte, y la del Carnaval. Doña Cuaresma se extendería pringosamente como el aceite en el papel de estraza. Todo el mundo celebra la glorias de un carnaval callejero que se desenvuelve por entre las coordenadas de una estética cercana a la normalidad pequeño burguesa, que se permite, de vez en cuando, un coño, un follar, una buena mamada y otro par de cosas más. Pero una sociedad de espíritu liberal no puede vivir en libertad sin las extremidades de las exageraciones y extremos.
Los Punkies no son ni farsa  ni estrambote, son la cola de desviación en la que se funda toda cultura. Como “Historia de O” o “Las once mil vergas”. Que escriban y representen una literatura callejera no les quita mérito, más bien al contrario.

Sí, hace daño a los oídos suaves que nos han trasplantado. Sí, yo no hablo ni escribo así… ¿Y qué? Pero yo he leído esa literatura que otros sí publican y yo no.
No son expresiones “höflich”, presentables-en-el-salón… del XIX, ni en el del XXI.



Perlas que esta gente escribe son, por ejemplo, “soy anarquista onanista / antisistema por sistema” y “soy anti to y anti na”, textos que deberían hacernos pensar si el Carnaval no fuera para todos, para muchos todos, el folclore de una trasgresión calculada en la forma y en el tiempo o el ataque para cualquier estómago del “tsunami de flujo” o “La hija de la gran puta le da la vuelta a los condones / y hace pa las vecinas sus tartaletas de requesones”.

¿Alguien ha reparado, por ejemplo, en que “A mí como soy punki me tachan de marrano / porque al salir del baño no me lavo las manos. / Cuando llegamos a ciudades como a Cádiz capital / usamos to las esquinas a modo de orinal”?

La diversidad del carnaval es la diversidad real de la sociedad y pone, también, de manifiesto la cantidad de apariencia que bendice la desvergüenza de quienes se ríen de lo extraño porque ‘están en el lado bueno’.

©Pablo Martínez-Calleja






La escopeta nacional

La otra noche iba yo por el barrio de La Viña y me acerqué a una grupo de gente. Me pareció que conversaban y así era. Eran unos monteros alrededor de los cuales se había arremolinado la gente. Unos monteros que se habían acercado a Cádiz a tomar unos vasos, algo que hasta hace unos tres años ya no se veía.

Cada vez se amontonaba más y más gente y ellos seguían su charla: "Vosotros pueblo llano, se estáis dejando guiar / por ese bolivariano etarra y amigo de Irak / sabed que como venga no va a salir ni el perdón / a mí me lo dijo Maruhenda que lleva to la Razón (…)".

La gente ni pestañeaba. Las escopetas de caza bien derechas y ellos bien envarados, con su exquisita dicción, su métrica perfecta y su arrogancia. ¿Quién dijo que sean una chirigota? Son unos señores de mucho mundo y mucha pólvora, de mucho güisqui después de un día largo de bregar tras los cuernos que toque perseguir.


Son esta gente la que ha conseguido desde "nuestra alcaldía / lograr que mi Cádiz sea más tranquila" y como ven "margen de mejoría" han salido a decir que si el IVA del porno es del 4% es porque "es cosa de comer".

Toda su charla fue un repaso a casi toda la historia de la canción de una época de ilusión y una referencia a la España cañí que todos los que la recuerdan querían dejar atrás. Han venido con la advertencia, más que a por sus vasos, de que miremos bien lo que hacemos.

Es cierto que no han venido con cuartetas golfas, pero tienen toda la 'poca vergüenza' que hay que tener y, también ellos, superan su propio pasado reciente con su buena música y unos textos imprescindibles para este carnaval, ya Cuaresma.

Cádiz, ciudad de espíritu liberal pese a quien pese, que insiste a tener una alcaldesa a la que no nombran: nombran la función y la institución, en un ejercicio literario y crítico muy observable. Abordan todos los temas, en mi opinión, centrales de la situación que nos ocupa y, con el Dúo Dinámico (qué maravilla de elección entre los textos y lo que cada pieza musical representa) nos explican que
"El final de la crisis llegó por lo menos pa mí. / No me seas quejica con lo bien que está el país."
©Pablo Martínez-Calleja

miércoles, 18 de febrero de 2015

El humor de los alemanes

Carnaval y por la noche; en La Viña. Pues nada menos que me vi hablando alemán, hasta que pregunté si eran españoles: lo eran. Es divertido que me tomen por alemán.

Una vez más, por supuesto, salió lo del humor de los alemanes y el de los españoles. Yo no creo que todo el humor español sea el del Carnaval de Cádiz; ni creo que todo el humor de Cádiz, al menos el de Cadi-Cadi, sea como el de las chirigotas que nos gustan. Bueno, además de que 'nos gusta' lo que nos han propuesto como 'el gusto', lo que nos debe gustar. Ea, la diversidad del Carnaval de Cádiz, desde los Punkis a los coros del Mentidero, le ofrecería a cualquiera la oportunidad de educar su gusto, también en cosa de humor.

Los alemanes no tienen la cabeza cuadrada, por mucho que nos empeñemos, o la tienen casi tanto como nosotros, en algunos sentidos (diferentes): ¿será por nuestro pasado visigodo? Ellos (¿quiénes son ellos: los alemanes o los españoles?) son una sociedad orientada al objetivo y nosotros somos, seguramente, una sociedad más orientada al proceso: quizá, en general.

Los alemanes tienen un gran humor además de la telebasura de humor o el cabaré de perra gorda. Varios gaditanos han visto ya "Dinner for one", una película que encargó la NDR en el año 63, en inglés, y que es un corto de culto y se ve durante la tarde de San Silvestre; así, Silvesternacht.

Tienen un humor no solo fantástico sino valorado por la sociedad y el fallecimiento de Dieter Hildebrandt apareció a cinco columnas en todos los digitales de referencia del país. Donde haya un escenario en ciudades grandes o pequeñas, en pueblos o en lugares de Alemania habrá un concierto de algún tipo de música y un cabaré político, u otro.

Una noche, el pasado verano, me invitaron unos vecinos a tomar una copa de vino en la terraza de su jardín. Sí, vino y no cerveza. Allí acudieron otros vecinos y el pastor y su mujer (vivo en un pueblo pero sin ovejas). Y esta es la cuarteta que nos dijo aquella mujer alemana sin saber que hacia carnaval:

„Yo a mi marido,
por la noche,
le corto el internet,
que tiene que jugar conmigo.“


©Pablo Martínez-Calleja, 2015

sábado, 14 de febrero de 2015

La noche del gran fallo

El día se levantó con el sol aunque, poco a poco, la bruma fue rodeando de una sal escarchada a los edificios. Viernes y 13, en la cultura hispánica no cobra relevancia la fecha. El sol se abrió paso de nuevo para que Lucía yo yo pudiéramos comer un pescado riquísimo junto a la estación de San Severiano.

La tarde avanzaba y llegaba la hora de verse, realmente, con Paco Leal en el taller de Pepe Baena. Cádiz: unos amigos te llevan a otros, y a otros, en un eterno sin-vivir de sorpresas siempre agradables o inspiradoras.

Los tipos iban apareciendo, pero lo más llamativo de las calles era la calma chicha. Una ciudad siempre llena de trajín por sus calles guardaba silencio Me di cuenta que era el día de la gran final del Falla. Pero en esta ciudad, que en tantas cosas hace lo que le da la gana, asomaban los tipos de gente particular, un día que no es carnaval: es la final.


Me fui caminado por las calles, a mirar lo que hubiera y la música de pasacalles de los Superpops me alcanzó.


Como gladiadores, iban avanzando por las calles hacia el Gran Teatro Falla, entre vítores, pasacalles improvisado y apostura vencedora. Fue divertidísimo verlos avanzar hasta la puerta ladera: "solo para agrupaciones"

A la plaza del teatro se acercaban el público


y otras especies de invitados:



A la entrada del paseíto de entrada al teatro se iban acumulando, abandonados, los restos de una litrona no celebrada...



En el café La Habana volvía a ver a Paco, con unos amigos, enfrente de la iglesia con una virgen embarazada.


Por la Calle Sagasta me paró un joven, un antiguo estudiante que ahora estudia en Cádiz, como si Cádiz fuera el remolino del mundo.

©Pablo Martínez-Calleja, 2015



viernes, 13 de febrero de 2015

Arte Mayor y efímero

Tras mi primer ensayo general, o presentación no abierta (aunque pública) ante un público entre amigos y conocidos, me asaltan las ganas de escribir. Fue anoche, en El tablao de Cádiz; la chirigota: "Chicharrón Valey. Innovación Provenzal", la chirigota de Cossi. La primera chirigota en vivo de mi vida, a la que mi amigo Javier Benítez ha pertenecido siempre, así como José Sánchez.

Decía Luis Lázaro sobre arte mayor y lo es, también en mi opinión, además de efímero, lo que lo hace aún mayor si cabe. Se escribe todo un repertorio musical solo para unos días de todo un año. A esa música se le acomodan textos de diferente métrica y calidad. Se le incorpora todo un aparato divulgativo. El humor es la urdimbre de tanto tejido. La trama del paño son los chirigoteros, los que lo hacen todo: trataremos de bucear en su por qué durante estos días.

Una literatura oral rimada, tamizada con la gestualidad teatral que al uso un tanto primitivo de la lengua, en su dimensión de comunicadora elemental y callejera, corresponde añade, naturalmente, un elemento más de comicidad.
Lenguas como látigos para señalar hechos concretos a la manera de un periodismo urgente improvisado o de una oratoria que supera en libertad a la de los ‘corner speaker’ de The Speaker's Corner en Londres: en Cádiz se le dice al rey lo que es del rey.

Chicharrón Valey. Innovación Provenzal. En "El tablao"

Genialidad musical lograda con elementos sencillos y a los que no solo pertenecen guitarras, cajas, bombos, guiros, pitos de carnaval, etc., sino el saber coral del canto y la dicción. Ritmo, armonía. Arte mayor, el arte musical de las calles de Cádiz, que se suma al arte mayor literario de sus esquinas y cantones.

Su característica de efímero hace, por fin, del carnaval callejero un arte mayorísimo, por esa fluctuación de miembros que cada año entran (para no salir ya nunca, excepto en 'excedencia' por paternidad, maternidad, emigración, otras actividades) y que cada año se vuelven a formar como chirigota. Por esto a las chirigotas se las nombra por el tipo y el año en que lo sacaron. Y por la persona que, con los años, se haya convertido en el alma del grupo.

Qué ciencia infusa maneja está población capaz de tal integración, de tal dinamismo, de tal competencia adaptativa. Y qué inteligencia para ver que cada nueva formación tiene sus nuevas premisas de creación.
Este carácter efímero de las agrupaciones hace que su arte haya que admirarlo con el mayor respeto.


©Pablo Martínez-Calleja, 2015

domingo, 11 de enero de 2015

Comienza el carnaval de Cádiz de 2015

Comenzó, con la pestiñada popular, el Carnaval de Cádiz de 2015. En la Plaza de San Francisco, a las 22:30h.



Así hacían los pestiños en 2009 (foto del blog Peña Flamenca Juanito Villar).



El domingo, 11 de enero de 2015, siguieron los preliminares del carnaval con 'la ostionada' (blog del Aula de Cultura del Carnaval de Cádiz)...




… y 'la erizá' (Carnavaleando)



(Dance sevillanas)