David, Andrés y Abraham, nos proponen un tema conocido, el del tuno, más bien tunante, que a los cincuenta y uno todavía está en la tuna, aunque haya acabado la carrera.
Esta agrupación, este año, ha crecido en número; Andrés ha hecho doblete con su participación en el jurado del Gran Teatro Falla; Abraham ha hecho doblete con su participación en el concurso oficial de Romanceros, junto a Susana Ginesta. Ahora son dos guitarras, además. Lo difícil fue poder ver a los tres juntos.
Bien al principio de la presentación declaran, ¿criticando?, que se han metido a médico para no quedarse en paro. Me pregunto si, como en Molière, en su Don Juan, también aquí hay crítica contra una cierta práctica de la medicina por parte de los médicos. O es, mucho más probable, una crítica contra la mentalidad que obliga a estudiar algo que sirva para comer, a la vez que alimentarse se ha ido poniendo muy difícil en España desde tiempos inmemoriales. De ahí, entre otras cosas, lo de ser algo en la vida, y hacerse universitario.
Me parece interesante seguir algo más sobre este punto, porque creo que estaría bien traído, dado el juego que presenta este Romancero: el de que tenga más importancia y más dificultad hacerse tuno que estudiar la carrera, al mismo tiempo que la poca importancia que le concederían al hecho de ser médico, o estudiante, y mucho más al de ser tuno, o tunante, y alcanzar, simplemente, ese status. No olvidemos, como nota sociológica al margen, que esa expresión de “ser algo en la vida”, con la que llega tradicionalmente el consejo de hacerse con un TITULO universitario, está unida a la de ser un “hijo de algo”, un HIDALGO, un noble, aunque sea el más ‘bajo’ en el escalafón de la nobleza medieval.
Pasaré de puntillas por la presentación para llegar a los cupleses.
Empiezan con una crítica, graciosa, contra el consumismo y en favor de la sostenibilidad:
“La compraventa de segunda mano
está de moda ahora en internet,
se venden pisos y coches usados,
y carsonsillos que se han puesto una vez.
(…)”
El trabajo actoral y el desparpajo (son buenos cantores), van a animar al público a reír, no sin dejar clara su crítica contra el consumismo desbocado:
“Ayer me quité los braque y lo he vendío
en Wallapó de segunda boca.”
Los cuplés van a seguir subiendo el tono de su buen humor, con un estribillo burlón que calará entre el público ("Si a ti te gusta cantar, divertirte y cantar / bajo la luz de la luna..., / no te metas en una tuna."):
“
(…)
Si lo pongo en mi sofá a verme jugar,
el Nadal no aguanta ni un cuarto de hora.”
El ‘segundo puente’ no deja de animar al Carnaval y las críticas insisten en la exageración de aquella obra faraónica.
“Aunque es muy grande, el segundo puente,
está mal hecho, a mí no me la dan:
que está torcido es evidente,
si tú te fija, la obra está fatal.
Algunos de los pilares no están iguales,
el puente, salta a la vista, que está doblao,
y tiene una inclinación que es exagerada.
El ingeniero, es que es pa echarlo:
mi madre le pondría al puente un papel doblao
en una pata, pa equilibrarlo.”
Aunque en este caso la crítica parece que lo sea, más, hacia una percepción de la obra relativamente cateta y poco a la altura de la arquitectura contemporánea.
En especial, la voz engolada o en falsete, que David tan bien puede modular, ofrece una gran comicidad, además de su juguetona escenificación.
La burla contra el fariseísmo político es magistral en el cuplé dedicado a PODEMOS:
“Tengo un vecino que vota a PODEMOS,
viste de Prada y tiene un mercedes benz.
Y, sin embargo, Juan el del primero
va en un seat panda y vota al PP.
Hay otro que dice que le gustan los toros
y vota siempre al Partido Animalista.
Hay quien vota a Ciudadanos de to la vida,
porque mi bloque es mu surrealista.
Y yo, que no tengo claro cuál es mi bloque,
siempre he votado a los socialistas.”
La canción dedicada a Susana Díaz, que recuerda el éxito absoluto de hace dos años con sus cantos a Andalucía, es una canción hiriente y ácida, contra lo que muchos consideran una política de otros tiempos, caudillista. Este es el momento en que Andrés, habitualmente guitarrista, saca su laúd, que se une a la guitarra de Abraham.
“Que digan las malas lenguas
que el partido está partido:
¡Susana for presidenta!
Susana es un buen partido.
(…)
Eres humilde y sencilla,
tienes un gran corazón,
dispuesta a ceder tu silla
si te dieran un sillón.”
Actuación en la Peña del Adoquín, de Cádiz, durante la noche de más lluvia. |
Ya advertían los tunos, desde el principio, que la canción sería un piropo, y la han convertido en un contra piropo, en realidad.
Hay un momento que me gustaría resaltar, sin embargo:
“Tú sientes nuestras fatigas,
fatiga del andaluz
que a esta tierra castiga:
la más fatiga eres tú.
Susana no tiene fin,
está por todos los sitios;
Susana no tiene fin:
no tiene fin ni principios.”
La canción “Por amor” es una gran juego, genial y divertido, de palabras y expresiones, del que todos disfrutamos mucho.
©Pablo Martínez-Calleja, 2017
"Piropo a Susana Díaz"
"Por amor"
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