“No
tenemos alcalde y el primer teniente de alcalde…, y el último…”, remacha
Caracol. Los que estaban, estaban rodeados. No fue un pase, fue un momento
mágico de Carnaval. Un momento legendario de “sonido Guatifó”, de “humor
Guatifó” de “poca-vergüenza-Guatifó”, lejos de sus calles
más-sus-calles-Guatifó de los últimos tiempos.
Bajo un
farol municipal se celebraba un pleno muy ordinario y desplegaron sobre la
calle el bestiario de los olores de nuestra municipalidad corrupta, de nuestra
democracia pedestre y manca. El humor, si lo es, empieza por “mi mismo”, y las
cuartetas nos dejaron imaginarnos a Caracol y su desorientación a la puerta de
la guardería.
El
concejal de Guatifó, de jardines y parques, donde no hay ni una maceta, estuvo
‘sembrao’ y florecieron los nardos, y las nardas…
(Sigue un artículo crítico.)
©Pablo Martínez-Calleja, 2016
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