viernes, 6 de marzo de 2015

„La verdadera historia de la casa de Bernarda Alba“

Sí, acumulo como ya dicho todo lo escrito antes sobre los romanceros y paso, directamente, a comentar algo sobre otra monstrua del carnaval: Rocío Segovia.

Ya dijimos una vez que en las calles de la tacita hay gentes y agrupaciones que resultan imprescindibles porque nos dejan, siempre, muy buenos sabores de los sinsabores que nos relatan, con tanto brío y tanto tino, que de todos los años salimos vivos.

Rocío, este año, salió a las calles por partida doble, y volvió a desenmarañar su alma, su casa noble, por entre la reja de su luto para entregarse al carnaval, y a un muchacho depilado que, la verdad, al principio le sentó fatal. Ella dice que por faltarle el pelo, en realidad por ser sevillano para poder ponerle un pero…

Una letra, otra vez un monólogo teatrero y teatral, muy carnavalero, muy intracarnaval, con referencias enormes, con una historia viva de todo lo que entre los papelillos pasa, pasó y está pasando. Lo que pasará también se atisba.

Enmendarle la plana a Lorca, ahí es nada, ponerse a inventar a una Adela, llena de poca vergüenza, de furia contenida y que, como no puede más, se lanza a perdida.

Referencias al carnaval (Paco Alba, un cuplé de Los cubatas, etc.), referencias a la injusticia social (“(…) Aquí tengo, de un mechero, / que le compré a una rumana.”).

Cuenta una historia, una historia de verdad, una historia bien hilada de una alma deshilachada y de una joven que no soporta la Cuaresma de un luto excesivo y se lanza al carnaval de don Carnal sin pelos...

Texto magnífico, impresionante representación carnavalera, desvergonzada, fresca, cultivada. Y el mundo al revés tan propio del carnaval: ‘él una barbi, yo el Alemania’.
Los dos mundos en tensión de don Carnal y doña Cuaresma, con esas magníficas y desvergonzadísimas oraciones de la confusión más humana:

“Dios bendito y alabado
- me la coge con las dos manos.
Con el ángel San Miguel
- me la coges del revés.

Con su espada justiciera
- por detrás te cabe entera
¡Alabado sea Dios!
- ¡te la meto del tirón!”

Alguien, fuera de contexto, pudiera argüir que estas cuartetas, u otras, son pura elementariedad. Bueno, en todo caso serían elementariedad cultural católica. Pues que el carnaval es catolicismo, represión de todo lo carnal, válvula de escape a toda esa represión organizada por Roma. Decíamos en una entrada anterior que ese carnaval ya no existe. Así lo creo, aunque haya mucha gente que lo siga viviendo, sin embargo, en su forma ritual ‘antigua’.

Estas cuartetas son la celebración, seguramente, de la liturgia ritual del carnaval ‘antiguo’ para darle marco de carnaval a la fiesta que se celebra. Y una burla y sátira, un ataque al carnaval desde el carnaval.

Quien repase este texto, o varios otros, encontrará poesía e inteligencia, literatura, artefacto humorísitco, siempre complicado de conseguir. Un texto magnífico, por cierto, este que nos ocupa.

©Pablo Martínez-Calleja, 2015





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