jueves, 5 de marzo de 2015

Alma Andaluza

“Alma Andaluza”

Se presenta difícil hablar de romanceros, cuando en mis retinas tengo todavía a “Juana de Castilla” (nada de loca) asida a la reja de una ventana y arrancándose las hebras de su alma por entre los versos que decía. Magnífico texto, lleno de humor y de inteligencia actoral.
Difícil porque nunca podré olvidar “El eterno repetidor” y su genial humor, a los “Dalai Sheriff” o “Los viajes de Marco Polo”.
Complicado porque ya dediqué varias líneas a los extraordinarios padres Vinagre y Pirriaque.


Una de las obras de arte de las calles de la tacita, en 2015, es para mí el trabajo de David Media Tamayo y de Andrés Ramírez Rodríguez.

Alma Andaluza es el dúo legendario que desde hace lustros vive de los bolos por todo tipo de salas y tablaos y que, por fin, ha sido invitado al programa de Lauren Postigo.
Su tipo, su gestualidad, su mímica y su voz son exquisitas.

“Nos embarga la emoción
con Cádiz estamos en deuda
no podíamos decir que no
pues nos ha embargao hacienda”

Es la segunda cuarteta y no nos dejará el humor hasta el final. La crítica al enrevesado lenguaje, petulante, tan propio de ese tipo de cantantes llega inmediatamente:

“Somos Alma Andaluza
el alma de Andalucía
porque somos andaluces
y andaluza es el alma mía.”

Andalucía como lo máximo, como lo máximo inexplicable, como luego ellos mismos nos cantarán con unos versos que ya se cantan por las calles.



El texto va construyendo al personaje ante nuestros ojos, petulante, presuntuoso, sin necesidad de una abuela que lo alabe:

“Una sevillana le hice siempre
a las pérdidas desde chico
la primera que yo recuerde
fue cuando perdí el pipo”

Y una sentimentalidad exagerada hacia cosas que resultan ridículas y, por tanto, graciosas, escritas desde la tradición del teatro del humor:

“Siento que me quedo solo
que mi infancia se va al garete
no voy a olvidarte nunca
hasta siempre amigo chupete.”

La riqueza léxica llama la atención, también, en esta letra tan cuidada. Como la psicología del personaje, tan especial y necesitado de salir de todos los atolladeros. Al mismo tiempo que vemos al cándido que quiere presentarse poeta y comprendedor de todas las cosas humanas, nos hace reír con verdaderas ganas.

“Los cuernos por ejemplo
son muy duro de tenerlos
pero nadie cae en el cuento
lo difícil que es ponerlos.”

Las sorpresas constructoras del humor, como en sus cuatro amores: ‘su madre, su hija, su mujer y su querida’. “Que bonito es dar a luz / y vivirlo en tu persona / pero ahora ponte tú / en la piel de la matrona.” O la niña de comunión que ‘de corazón quería ir de marinero’.

Toda la letra es un sin fin de comicidad, de ingenio, de sonrisas y risas en una lírica de humor magnífica. No dan tregua.

En la rumba volvemos al humor de cabaret, donde los recuerdos a Le Luthiers (una vez más en Cádiz) inspiran con unos resultados magníficos: ‘ dime por qué te marchaste, por qué te fuiste con tu marido’ o ‘me encuentro solo, solo con mi mujer’, en la mejor tradición del teatro absurdo de humor.

“Las sevillanas del niño roncador”, donde todo es dulzura y amor de padres hasta que ‘ronca pa sus muertos’.


A todos los andaluces, y a los que no…

Pero la cumbre llegará con las “Sevillanas soy andaluz”: “(…) no hay andaluza más bella / que la despeñaperrera / tienen curvas y peligro / como mis carreteras.”
“Soy andaluz / y tienes que comprender / y tienes que comprender / que hay cosas en Andalucía / que no puedes comprender”, es un látigo de ironía. Como otro ataque a los clichés llegará con la novia portuguesa:

“Vive en el pueblo de enfrente
una portuguesa guapa
y es seca donde las haya
es normal que sea seca
si allí na más que hay toallas.”


Los cuplés vuelven con su genialidad, su sátira, su inteligencia. Unos cuplés que contienen un trabajo exclusivamente vocal y exquisito.


Es una verdadera tristeza no poder encontrar, fácilmente, una grabación completa de su trabajo, hasta ahora.


©Pablo Martínez-Calleja

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