martes, 4 de abril de 2017

Demos gracias..., a estos dos señores

Frente a la Santa Cueva, donde nadie sabe por qué, nada menos que Goya, liberal y afrancesado (por liberal) y comecuras, tiene colgadas dos pinturas. Por fin, y con regocijo, llegaron estos dos ministros de la palabra, párrocos con parroquia, y mucha parroquia en Cadi.

Vinieron con la palabra, ya hace un tiempo, y a veces parecen descarriados, así como los basilenses. Parecen hasta protestantes, al menos protestones, y no se quitan la sotana. Suenan dudas, pero hablan siempre desde el breviario, saben bendecir, confiesan en privado (en la rebotica o en la trastienda de la parroquia), y lo que es más importante: piden con un cepillo, usado, para vino, de consagrar. Algo de bueno ha de haber en este actuar, digo yo. Y lo hay, en mi opinión.


Ya deben de ser tres años, lo largos que tres días se pueden hacer, desde que estos padres y pastores, se consagraron a la tarea de pastorear la palabra por las calles de la tacita.

Estos predicadores seguro que leyeron aquel códice medieval que aconsejaba, para las prédicas, “mover los corazones, para que no se movieran los culos”:

“(…):
tanta oveja descarriada
y darte un rebaño de masas.”

A la manera de aquellos predicadores, que sin mancha de herejía:

“Traemos una homilía,
que podréis comprar luego,
(…).”
Que está “llena de carne y pecado”, y ya se sabe; y que el gallego lo empana, también.

A la manera antigua, advierten a los castos oídos que no habrá, “sin en cambio, / ni palabrotas ni insultos/ (…).”


Y sin embargo aparecen las primeras sospechas de anatema. El padre Jeta resulta ser ortodoxo, y el padre Morro…:

“La mitad de los preceptos
a mí me importan 3 puñetas,
y él se los pasa por el forro.
Yo soy un cura ortodoxo,
más de Papa, de 'aparato';
padre Morro, sin embargo,
más que de papa es de papo.”

¡Y vamos por la cuarta cuarteta!
No sé si resulta necesario, sobre todo para quien no conozca el habla de Cadi, aconsejar una lectura (que yo me he permitido así escribir) de la ortografía, en primer lugar. En segundo, no perder de vista uno de los tres pilares del Carnaval: la queja y crítica por el malestar sexual, lo que lleva constantemente a tematizar todo lo referido, con burla y sarcasmo, a la vida sexual, sus prácticas y sus atributos. Esto es, el juego de palabras Papa /papa, para que terminen rimando con ‘papo’ (coño, vulva), gracias al 'aparato'. O la referencia al aparato de la iglesia, siendo que ‘aparato’ debe aquí entenderse en una suerte de polisemia que incluye al ‘glande’.

La gestualidad litúrgica, esos movimientos recogidos, cercenados desde su primer impulso, a la manera de un cura, los hace curas a ellos. Su forma enfática e introspectiva de hablar, sus manos extendidas, curvadas hacia sí mismas, el misal en una de ellas. Y la sotana con su alzacuellos. Siendo su tipo menos elaborado que muchos otros es, sin embargo, de una eficiencia más que notable.


Por supuesto que se manejan de tú a tú con el teatro del absurdo:

“Pasa igual entre las monjas,
las hay rectas y devotas,
o de desvestir a un santo
para poder verlo en pelotas.”

Nuevamente, la burla contra la iglesia de Roma, esta vez por sus riquezas, ofrece una muy interesante cuarteta:

“El Papa no, el Papa pasa del oro,
pero no porque sea un rata;
es porque es argentino
y lo que le va es la plata.”
(En referencia clara a la etimología de Argentina: argenta, que significa plata.)


Los juegos de palabras de estos “caracuras” son de verdadera calidad y altura, a la hora de burlarse con sorna incisiva:

“Y eso de que tenemos
muchos inmuebles los curas…
Pero, vamo a vé: la Iglesia,
¿no se basa en las escrituras?


La crítica contra la actualidad, también rabiosa, de varios obispos españoles dedicados a hacer declaraciones escandalosas contra l@s homosexual@s, y dedicándoles bastinazos. Son estos curas los que les dedican una buena triada:

“Es sensible a algunos temas,
pero en otros no se enrolla:
el tema gay, por ejemplo,
sigue levantando ampollas.”
(En clara referencia, de juego con el público, en complicidad, de que lo que se hace es una referencia a la masturbación.)

“Porque hay quien entiende y quien no,
a ver si la iglesia madura,
que como en el kamasutra,
aquí caben muchas posturas.

Que eso es como yo digo:
dejarse de prohibir tanto
y un poco más de vaselina,
que eso es ano de santo.”

(Entender significa entenderse entre homosexuales. La expresión estándar sería “eso es mano de santo”, y el juego de palabras, coherente con el texto, el que aparece en el verso.)


Estos caracuras, versados no solo en doctrina sino en retórica, se manejan, desde siempre, en las técnicas del teatro de calle y en una capacidad dialoguista entre ellos y con el público realmente importante: A esta cuarteta:

“Tenemos que unirnos todos
hasta cambiar la doctrina,
que ¡la Unión hace la fuerza!,
y el Festival de las Minas.”

(Min 3:30. Al terminar el último verso el público no ha comprendido todavía la ironía de la cuarteta. El público duda, se pone en marcha en busca de su risa, y en ese proceso el padre Jeta ayuda: “Murcia”, capital de la provincia del mismo nombre donde se celebra el Festival y agobiada por varios caso de corrupción, de los que se acusa al presidente de la Comunidad Autónoma.)

Como en el caso del Romancero “Lobez o no lobez”, a diferencia que el público aquí se rio claramente.:

“Es verdad, lo del PP
es que es algo alucinante.
Yo es que ya empiezo a creer
en los pardillos votantes.
(…)”


El dominio de la lengua, de estos caracuras, es enorme y muy potente como artefacto de la risa. Un humor inteligente y exigente, que me recuerda al humor de Tip y Coll:

“(…)
Mienten más que prometen,
pero la prensa lo mismo.
Por ejemplo, un terremoto
que ha sido de cuatro y poco,
te dicen que ha sido un seísmo.”


Sus burlas sobre el pecado original. Citaría cuarteta tras cuarteta, de una eficacia humorística completa y que de modo continuo hacer reír o sonreír al público congregado. Puro placer de humor y complicidad secreta escondida en la lengua.

“Se jugaban la expulsión
y el edén era mucho chulo,
miraron los pros y los contras…
- Mira, el edén por culo.”
(Y el padre Jeta se persigna al momento de decir el último verso.)

Unos caracuras sin complejos de ningún tipo, que llaman a todas las cosas por su nombre:

“Y a ver si Cádi se entera,
y deja de ronear
de ser la cuna del arte,
y sus 3000 años de antigüedad.
Que Eva fue la primera
que dijo: aquí hay que mamar.”

(Ronear significa presumir. Hay una frase tópica: “Esto es Cadi y aquí hay que mamar”.)


La vieja polémica de si dios es hombre o mujer:

“Ahí se ve que dios es hombre,
en que no se organizaba bien.
El Mundo sería otra cosa
si dios fuera hecho mujer.”

(Este último verso arcaizante es exigido por la métrica del verso.)


Su genialidad no da tregua ni descanso. Es una cuarteta tras otra de risa y sonrisa, de inteligencia humorística, de gozo yo diría que intelectual.


Una crítica a dios, por haber sido incapaz e injusto en su creación del Mundo:

“Pero vamos, que eso es
de primero de primero de creación.
Y todavía choca más
¡con lo que ese hombre estudió!
(Remedan una famosa canción)
Arquitecto, ingeniero,
artesano, carpintero,
albañil y armador…
Después que si no hay trabajo…:
¡si se lo levó él tó!


En una magistral cabriola intelectual, de inteligentísimo humor, al hilo de una discusión sobre la fe:

“Yo todavía voy más lejos,
parecerá una blasfemia,
pero la falta de Fe
solo produce anemia.”

A su vez una crítica contra la fe, contra una fe ajena a la Ciencia y contraria a la Ciencia, que es el tenor, también, de todo este Romancero.
Y a esta disputa traen estos caracuras nada menos que a Pascal:

“Es que eso de la abstención
la gente no lo comprende,
y el PSOE tiene razones
que la razón no entiende.”


A la política local le llega su momento con otra cuarteta memorable:

“Pero Cadi ha cambiado mucho,
eso no hay quien lo discuta:
compara el tono del Kichi
con aquella… otra alcaldesa.”


La genialidad en el doble sentido, tan gaditano, tan extrañado por tantos, es la marca de esta parroquia:

“A esto sale ahora, en el fondo,
porque el Kichi, el muy granuja,
va a por Teo y por la Colombo;
o sea, una caza de brujas.”


No falta una crítica hacia el Carnaval, desde el Carnaval, por su incívicos comportamientos:

“Es que entre el Kichi y la Teo
hay pocas similitudes,
excepto en el Carnaval,
que sigue transcurriendo igual:
en hedor de multitudes.”

Incardina perfectamente con está polémica, fe y ciencia (o verdad) una crítica contra las costumbres:

“(…)
como el que come jamón
y dice que es vegetariano.”

No puede haber mejor final a un Romancero genial, que reúne todas las calidades, todos los elementos y toda la tradición, que:

“Ya se podéis irse en paz
que la misa ha concluido.
Por nuestra parte ya está
todo el pe[s]cado vendido.”


©Pablo Martínez-Calleja, 2017



Ser o no ser...

Manolo ha ido ganando un lugar en la calles de Cádiz y en su teatro de La Tía Norica.
La diversidad y riqueza de sus ‘tipos’, realmente trabajados hasta el mínimo detalle y con un resultado absolutamente impresionante, así como la imaginación en su relato y las cuartetas bien escritas. Este año se llevó el primer premio de Cartelón, un elemento del Romancero que Cádiz quiere atesorar y con mucha razón. Es un elemento esencial en el Romancero desde su origen en la Edad Media, y es uno de los elementos que vamos a identificar, inmediatamente, como elemento común con el Carnaval de Basilea (sobre ello volveremos con otro artículo).


Interesante su aparición de superhéroe de cómic deseando arreglar los desaguisados de unas estructuras políticas y económicas muy gravosas para la sociedad. A tener en cuenta que Cadiwoman también salieron este año de superheroínas de cómic, igualmente deseando recomponer, en su caso, los daños del patriarcado machista.

Es su tema, además de una ácida crítica política, el teconólogico. Y su fiel práctica, la de su habla gaditana:

“No hay herida ni golpe
que a mi cuerpo perjudique,
menos la patá en los webos
y trompesá en el meñique.!


Encuentro muy imaginativo su humor, que logra muchas veces una empatía inmediata:

“Entre otros poderes cuento
con mi fuerza sobrehumana,
que no sé dónde se mete
a las siete de la mañana.”


El humor negro no se le escapa, tampoco, pero un humor negro ajeno a la actualidad política negra, un clásico de humor negro:

“Debe ser porque mi vista
se ha ido viniendo abajo,
y es verdá que veo menos,
ya, que un muerto bocabajo.”


Las veleidades de la política también quedan pronunciadas:

“Su poder es que se cambia
der tirón a lo que quiera.
El gen que se le ha mutado
es como el de Albert Rivera.”


En su Olimpo del cómic, Manolo Sánchez encuentra en Magneto un modo de frenar (“¡quieto!”) un chiste, viejo y manido, pero que sabe que causará la risa:

¿Magneto?
Si te agacha te la… ¡quieto!
Es mejón no provocahlo…


Su representación es muy dinámica, teatralmente; introduce ‘morcillas’ con mucha soltura, cambia sus registros de voz:

“Tiene la Bruja Escarlata
poderes para hechizar
y hasta te crees que la Teo
debería regresar.”
(Morcilla: “por suerte te puedes despertar”.)


“Emma Frost se vino a Cadi
jarta de hielo y escarcha,
y yastá hasta el jigo de humedá
y de que en Cadi no hay marcha.”

Esta última cuarteta es realmente complicada, en mi opinión. La Frost, que es un persona de cómic americano, se apellida escarcha. Humedá es la metáfora con la que hay gente en Cadi que expresa un frío que no quiere admitir que exista. Al mismo tiempo, se produce un juego de palabras entre el jigo (la vulva) y la humedá, que en su comprensión inmediata es la propia, y no la metafórica, la que se comprende. Además, la Frost es un personaje muy festero, y Manolo Sánchez, seguramente, quiere hacerse eco de que Cádiz es una ciudad que pierde fuelle festero durante el resto del calendario.


Un punto interesante, de buen Romancero, es cómo integra todo lo que ocurre en el escenario en su cuento, y cómo lo ha previsto. Al girar el cartelón es costumbre, en Cádiz, decir “cabrón”, y:

“Eaaaaa! Ya habéis activao
la alarma de la patrulla.
Habéi llamao a mi jefe
de la forma más capulla.”


Y casi un momento casi Peter Brook (minuto 7:34 del vídeo):

“Que entre ustedes hay mutantes…
es una cosa evidente.
Porque si no, no se explica
quien está de presidente…”



Un repertorio con muchos momentos muy buenos, hasta geniales, pero un repertorio recibido como desigual, quizá porque la descripción del Olimpo de los cómics resulte más difícil de digerir (y muy valiente, por parte de su autor), o por una gran diversidad de escenas diferentes. En cualquier caso, creo que estamos ante un romancero joven y muy prometedor. Su primer premio de Cartelón es un aviso.

©Pablo Martínez-Calleja, 2017




Postales divulgativas "mi Carnaval de Cádiz"





La primera colección de postales divulgativas "mi Carnaval de Cádiz" está a la venta en "Usted está aquí", calle José del Toro, 12 - Cádiz.

Estas postales son, además, solidarias y 30 céntimos de la venta de cada postal van a un proyecto con personas sin hogar de la ciudad de Cádiz.

Agradecimiento, además, inmenso, a todos los carnavaleros que en ellas salen retratados.

En las próximas dos semanas, las colección se actualiza con el Carnaval de 2017 de Cádiz y una pincelada de los Romanceros de Basilea.

Cincuentunos

David, Andrés y Abraham, nos proponen un tema conocido, el del tuno, más bien tunante, que a los cincuenta y uno todavía está en la tuna, aunque haya acabado la carrera.

Esta agrupación, este año, ha crecido en número; Andrés ha hecho doblete con su participación en el jurado del Gran Teatro Falla; Abraham ha hecho doblete con su participación en el concurso oficial de Romanceros, junto a Susana Ginesta. Ahora son dos guitarras, además. Lo difícil fue poder ver a los tres juntos.


Bien al principio de la presentación declaran, ¿criticando?, que se han metido a médico para no quedarse en paro. Me pregunto si, como en Molière, en su Don Juan, también aquí hay crítica contra una cierta práctica de la medicina por parte de los médicos. O es, mucho más probable, una crítica contra la mentalidad que obliga a estudiar algo que sirva para comer, a la vez que alimentarse se ha ido poniendo muy difícil en España desde tiempos inmemoriales. De ahí, entre otras cosas, lo de ser algo en la vida, y hacerse universitario.

Me parece interesante seguir algo más sobre este punto, porque creo que estaría bien traído, dado el juego que presenta este Romancero: el de que tenga más importancia y más dificultad hacerse tuno que estudiar la carrera, al mismo tiempo que la poca importancia que le concederían al hecho de ser médico, o estudiante, y mucho más al de ser tuno, o tunante, y alcanzar, simplemente, ese status. No olvidemos, como nota sociológica al margen, que esa expresión de “ser algo en la vida”, con la que llega tradicionalmente el consejo de hacerse con un TITULO universitario, está unida a la de ser un “hijo de algo”, un HIDALGO, un noble, aunque sea el más ‘bajo’ en el escalafón de la nobleza medieval.


Pasaré de puntillas por la presentación para llegar a los cupleses.

Empiezan con una crítica, graciosa, contra el consumismo y en favor de la sostenibilidad:

“La compraventa de segunda mano
está de moda ahora en internet,
se venden pisos y coches usados,
y carsonsillos que se han puesto una vez.
(…)”

El trabajo actoral y el desparpajo (son buenos cantores), van a animar al público a reír, no sin dejar clara su crítica contra el consumismo desbocado:

“Ayer me quité los braque y lo he vendío
en Wallapó de segunda boca.”


Los cuplés van a seguir subiendo el tono de su buen humor, con un estribillo burlón que calará entre el público ("Si a ti te gusta cantar, divertirte y cantar / bajo la luz de la luna..., / no te metas en una tuna."):

(…)
Si lo pongo en mi sofá a verme jugar,
el Nadal no aguanta ni un cuarto de hora.”


El ‘segundo puente’ no deja de animar al Carnaval y las críticas insisten en la exageración de aquella obra faraónica.

“Aunque es muy grande, el segundo  puente,
está mal hecho, a mí no me la dan:
que está torcido es evidente,
si tú te fija, la obra está fatal.
Algunos de los pilares no están iguales,
el puente, salta a la vista, que está doblao,
y tiene una inclinación que es exagerada.
El ingeniero, es que es pa echarlo:
mi madre le pondría al puente un papel doblao
en una pata, pa equilibrarlo.”

Aunque en este caso la crítica parece que lo sea, más, hacia una percepción de la obra relativamente cateta y poco a la altura de la arquitectura contemporánea.


En especial, la voz engolada o en falsete, que David tan bien puede modular, ofrece una gran comicidad, además de su juguetona escenificación.


La burla contra el fariseísmo político es magistral en el cuplé dedicado a PODEMOS:

“Tengo un vecino que vota a PODEMOS,
viste de Prada y tiene un mercedes benz.
Y, sin embargo, Juan el del primero
va en un seat panda y vota al PP.
Hay otro que dice que le gustan los toros
y vota siempre al Partido Animalista.
Hay quien vota a Ciudadanos de to la vida,
porque mi bloque es mu surrealista.
Y yo, que no tengo claro cuál es mi bloque,
siempre he votado a los socialistas.”


La canción dedicada a Susana Díaz, que recuerda el éxito absoluto de hace dos años con sus cantos a Andalucía, es una canción hiriente y ácida, contra lo que muchos consideran una política de otros tiempos, caudillista. Este es el momento en que Andrés, habitualmente guitarrista, saca su laúd, que se une a la guitarra de Abraham.


“Que digan las malas lenguas
que el partido está partido:
¡Susana for presidenta!
Susana es un buen partido.

(…)

Eres humilde y sencilla,
tienes un gran corazón,
dispuesta a ceder tu silla
si te dieran un sillón.”

Actuación en la Peña del Adoquín, de Cádiz, durante la noche de más lluvia.
Ya advertían los tunos, desde el principio, que la canción sería un piropo, y la han convertido en un contra piropo, en realidad.

Hay un momento que me gustaría resaltar, sin embargo:

“Tú sientes nuestras fatigas,
fatiga del andaluz
que a esta tierra castiga:
la más fatiga eres tú.

Susana no tiene fin,
está por todos los sitios;
Susana no tiene fin:
no tiene fin ni principios.”


La canción “Por amor” es una gran juego, genial y divertido, de palabras y expresiones, del que todos disfrutamos mucho.

©Pablo Martínez-Calleja, 2017






"Piropo a Susana Díaz"




"Por amor"






sábado, 1 de abril de 2017

Puerto Hurraco y la burla de la modernidad


Premisa. A los que pasamos de los treinta el solo título nos retrotrae a una de las tragedias de nuestra España profunda, que en realidad no vivimos como una verdadera tragedia sino con el elemento desrealizador de que, por increíble, aquello era un cuento más de los de El caso. Porque así se consideraba también, por muchos, aquel semanario que cuando se compraba había que llevarlo a casa sin inclinarlo para no ir dejando un reguerillo de sangre. Irreal para quienes en el espacio urbano de la vida no podíamos dar crédito a cosas tales. Nos parecían cosas del remoto pasado.

El 26 de agosto de 1990 salieron de casa los hermanos Izquierdo, “vamos a cazar tórtolas”, y se iban a matar a nueve vecinos (dos niñas). Acusaban a los Amadeos de ser el origen de todos sus males, incluida la muerte de su madre en un extraño incendio. En el origen de los males estaba una vieja rencilla por las lindes de unas tierras.

Los dos actores materiales de aquellas muertes tenían planeado regresar al pueblo para el entierro y terminar de matar a todo el que se pusiera ante la escopeta. Los dos murieron en la prisión de Badajoz: uno de un infarto; el otro se suicidó.

El asunto venía de muy atrás, 1961, donde un Izquierdo había apuñalado hasta la muerte a un Amadeo. En 1986, tras cumplir condena, regresa para vengarse y apuñalar a otro de los hermanos Cabanillas (Amadeos). El atacado sobrevivirá, pero él mismo, Jerónimo, morirá nueves días más tarde en un hospital psiquiátrico.

En 2005 mueren las hermanas, Luciana y Ángela, para muchas las inductoras de los crímenes. Mueren en el hospital psiquiátrico de Mérida.


En 2010 muere Antonio. En el entierro de su hermano Emilio, dos años antes, se despide: “Hermano, te vas con la satisfacción de que has vengado a tu madre.”

Aunque parezca un hecho olvidado en el tiempo pasado, igual que en la percepción misma de aquel crimen cuando se produjo, la prensa escrita lo recordada en 2015, y renovaba su presencia en nuestra actualidad.


Carnaval 2017. En conversación con José Flor, yo le preguntaba por su doble apelativo: Agrupación Callejera (el que se me antojaba como más apropiado) y Chirigota, cuyos rasgos podemos encontrar en La Hermandad Rociera de Puerto Hurraco. Aunque, como en el caso de “Te la tengo sentenciá“, veo como elemento más importante el teatral, como si se tratara de un entremés. Y claro, como también opina José, Carnaval es teatro o teatralización: “El objeto es la risa y la cultura del juego de los que van y vienen por los caminos y de los plebeyos urbanos, entre el 1.200 y el 1.500. Juego y teatro son sus medios: lo mismo la venta que la riña en los mercados, como las improvisaciones, los romanceros y las farsas de matasanos y curanderos, charlatanes, jugadores y mimos se valen de lo escenográfico, de los juegos de roles, del disfraz, de los gestos teatrales, para ofrecer al público su negocio o su arte.” (Johannsmeier, 1.984).


La Agrupación Callejera define del mejor modo lo que ellos hacen: lo que les da la gana, todo, y creo que lo hacen muy bien. Son una Chirigota por las chanzas y por sus medios musicales; son un Romancero medieval y carnavalesco a la manera de los juglares y romanceros; son un cuarteto, porque son cuatro, por su teatralidad y su dialoguismo.
Son un Romancero porque vienen con una noticia. Que la noticia sea antigua, a nuestros ojos, es por nuestros ojos. Si nos dejáramos llevar por la convención presentada desde ‘el escenario’ sería distinto. Nos traen una historia y, como en el medievo, nos la traen caminando, por los caminos, desde Puerto Hurraco, a los pies del Jerte. Largo camino, para venir andando, largo para cuatro hermanas, viejas y enfermas.


Usan una máscara no para esconderse sino para representar lo que desean. Una máscara compuesta por un antifaz (su maquillaje y su peinado) y un disfraz, que las caracterizan de un modo que resultan plenamente identificables.
Suman a su ‘tipo’ todo lo necesario para la escenificación grotesca, sarcástica, con los elementos que dan formalidad a su Hermandad rociera: el estandarte. El escudo del FC Cádiz al revés y una chata, urinario, como vaso para beber y como barra para marcar el ritmo de la música con los nudillos. Se añade el tipismo de una botella de anís como instrumento musical.

Me decía José, y resulta evidente al verlos, que quisieron darle un giro de Carnaval a toda la historia. Ser romero del Rocío es ir vestido de alegría, y ellos querían ofrecer el contraste de la España negra: la descrita por Goya.

Una de mis primeras impresiones, al ver Puerto Hurraco, fue la de tener las pinturas de Francisco de Goya ante mí. No las de la Santa Cueva, que José también conoce, sino las pinturas negras, las cargadas de un misterio insondable, de predestinación, fatalismo y superstición. Empezando por el cuadro dedicado al carnaval con su estandarte:



Pero inmediatamente tuve que recordar La romería de San Isidro


que en realidad es la representación anticipada por Francisco de Goya de la Hermandad Rociera de Puerto Hurraco.

Puerto Hurraco y Carnaval de Cádiz. Yo los vi en la noche, oscura, en la calle Armengual, de poca luz. Si solo hubiese visto los vídeos disponibles nunca hubiera recibido las impresiones fuertes que me llegaron. El miedo conmocionaba (algo que también compartió José conmigo). En el vídeo disponible, el de la Plaza de la Santa Cruz, la situación era completamente diferente.
En la calle Armengual el silencio entre el público era grande. Había una situación de shock, cercana a una ironía contra nosotros en forma de una Semana Santa medieval. Llegaron las risas y el gozo por el espectáculo, pero la falta de luz también ofrecía un ambiente de intimidad que a Puerto Hurraco le hace falta.

En el imaginario colectivo estoy seguro de que se activaron los recuerdos de La casa de Bernarda Alba, en especial los de aquella realización de Mario Camus, donde García Lorca describía de una manera extraordinaria la España profunda, que viene a ser la España malvada, oscura y necia. Es la España de la crueldad detallada en la tortura del otro. Donde se exhibe el alma de inquisidor torturador. Es la España católica, el catolicismo que habla en sus liturgias de los instrumentos de tortura. Así, La Poncia le quiere pinchar los ojos a Bernarda como castigo por el que ella ha recibido, nada menos que durante un año, tiempo de una condena, pero sería una venganza.


Humor y humor negro. Se trataba de hacer otro humor alguna vez, y el humor negro les resultó tentador. La llegada es una procesión con ‘tos sus avíos’: negro, silencio, campanilla, estandarte, paso quedo y las reliquias detrás del estandarte. Toman posición y una de las hermanas (¿quizá la madre ‘Bernarda’?) toma asiento. De esta manera podrá luego resultar el chiste escénico:

“En un pueblo estremeño,
al pie del valle del Jerte,
viven estas 3 hermanas
y otra de cuerpo presente:
- ¡PRESENTE!
(Y se levanta la cuarta.)

En seguida se presenta la oposición de dos personajes: el actual alcalde y la anterior alcaldesa. Al alcalde se le dedica una construcción en la que lo que se critica es, en realidad, lo que de él se ensalza, para poder decir:

“Por eso viva la Teo, que ella
es rociera y también da mieo.”

El humor absurdo llega con el juego de palabras de ‘la blanca paloma’ (dedicado a la virgen del rocío) y “La Paloma San Basilio”, Sigue: “vivan los mosquitos de las marismas, viva el autan redentor, viva el pastorcillo divino con sus enaguas de volantes” (en clara referencia a una imagen de Jesús). “Y el que no diga ole, nos lo llevamos por delante” (modificación del grito del Falla: “que se le seque la yerba buena”).


Los estribillos (ampliado y corregido, 15:43h. - 01.04.2017):

“Dicen que somos extrañas,/ vaya pueblo exagerao, / cuando son nuestros vecinos / los que tienen un tiro dao.”

“Por si acaso, por si acaso, ve llamando al del OCASO.”
(compañía aseguradora dedicada al futuro sepelio, seguro cuyo pago estaba absolutamente extendido en España.)
"Ya lo decía mi tía, cámbiate a Santa Lucía."

“Date prisa, date prisa, ve llamando al de SERVISA.”
(conocida empresa de ambulancias)

"Aprovecha este Carnaval, por si no vuelves más."

"Por no lavarse en un bidé, Carmina Ordóñez pegó un traspié."

"Apoyemo a la esclerosis, aquí el que menos ya tiene artrosis."

Después siguen apareciendo los versos de humor negro, sacado de hechos reales:

“(…)
mi suegro que con las uvas
el pobre se ahogó y se quedó
allí tieso.”

“(…)
En las casas de hermandades
le llueven las petaladas;
en otras la piropean
y venga otra petalada.
Cuando pasa por la nuestra
le ponen un chaleco antibalas.”

“(…)
y donará al equipillo,
como agradecimiento,
restos de avión para los juanillos.”
(Aquí el hecho real era el accidente del avión.)


Los bastinazos en referencia a lo sexual los preparan con un cuplé que incluye el cliché de la “Carmeluchi”:

“Mi vecina Carmeluchi
se ha hecho donante de semen (¿?):
fue por culpa de la crisis
porque dinero no tiene.
Los de la clínica dicen:
“qué tía más saboría,
vaya siesa y que malaje,
no da ni los buenos días.”
La pobre no puede darlos
porque, mmmmmmmmmm, ¡no podía!”
(Se acompaña a este último verso con un gesto con la boca llena y cerrada.)

A partir de este cuplé se construye el humor de toda una cantidad de cuplés que luego seguirán con diferentes actrices:

“A Ana Belén le han dao
de la Academia de Cine
(…)
por la boca.”

Esta es una construcción que deja al público en la duda. La expresión estándar hubiera sido “se lo han dado por la cara”, porque sí, sin ningún mérito. Pero todavía flota en el ambiente la boca no pronunciada de la vecina Carmeluchi.

A Rafaela Carra no le faltará la dedicatoria:

“(…)
Dicen que está mu quemá
de tener que echarse patrás
la picha.”


La crítica y burla contra unas costumbres puritanas y anticuadas no falta tampoco:

“Ya desde chica mi madre
siempre me recomendaba
salir limpita a la calle
por si algo me pasara.
Si un día te da una fatiga
o te cae con la caraja…;
siempre voy yo escamondada,
y antes de poner la faja
me echo 2 gotas Brummel
en lo que viene siendo la raja.”
(Brummel era, y es, un perfume para hombres.)


La crítica contra la situación laboral de Cádiz, y contra la falta de reconocimiento a las capacidades y habilidades:

“Mi primo estuvo con El Bulli
de cocinero, él descata,
se ha recorrío medio mundo,
reinventó la piriñaca.
Con la estrella Michelín
Él se ha colocao en el taller del Vaca.”


A este reportorio carnavalesco, bien trufado, le sigue un popurrí realmente amplio, que termina haciendo referencia a la famosa frase, y que tras el reportorio el público activará en su memoria, “en Cádiz hay que mamar”, para cambiarla en el último momento y decir:

“si hemos llegado todos hasta aquí,
es porque en Cadi hay que morir.”


La Agrupación Callejera creo que ha aportado una de las actuaciones más luminosas, con toda su oscuridad, de las calles de Cadi. A tener en cuenta, y no de pasada, que el humor negro atraviesa graves dificultades en la actual situación política. En el momento en que escribo estas líneas acaba de ser condenada Cassandra Vera por haber practicado el humor negro. Una sentencia que pone en entredicho, en opinión de muchos, que la legalidad con que ha sido condenada sea legítima, entre otras cosas porque el atentado contra el jefe del Gobierno del general Franco, almirante Carrero Blanco (que fuera asesinado por ETA) no fue tipificado en la Ley 47/1977, de 15 de octubre, de amnistía, como terrorismo, pero la condena a Cassandra sí.


©Pablo Martínez-Calleja, 2017

En este primer vídeo sí se puede apreciar el aspecto procesional en oscuridad de esta Agrupación Callejera:




















El crimen de Puerto Hurraco

El crimen de Los Galindos

El crimen de Orozko (Ibarra)