jueves, 16 de marzo de 2017

Un punto y coma, antes de seguir

Estaba llegando ya el momento de hablar del ninguneo, pero no terminaba de llegar y ahora ha sonado la hora para abordarlo sin ambages, de modo directo y claro.

No, no se trata de un ninguneo concreto contra una persona en concreto. Si fuera así el asunto no sería grave. Se trata del ninguneo como forma de vivir, como estilo de vida. Ese estilo de vida no solo español, pero muy español también. Un estilo de vida para el que se inventó la mitología de la cama de Procusto y que en la cultura española hace estragos, además de ser el modo preferido de acostarse de casposos y emergentes.

Es un riesgo seguir publicando mis artículos en mi blog, al mismo tiempo que un inmenso placer y un honor que los lean miles de personas en casi veinte países del mundo. Un riesgo porque hay un número de títulos (así se habla en el lenguaje de la nobleza y de lo medieval) que simplemente se hacen los no enterados y eso les da para justificar la negación de lo que en los artículos pueda aparecer. Es esa forma infantil de interpretar el mundo, desde la que si se cierran los ojos todo deja de existir en su derredor. Bueno, harían, y hacen, lo mismo, si los artículos estuvieran indexados, porque su soberbia titular les da para todo, bien desde la caspa, bien desde la emergencia. Bien, veremos de indexarlos, además.

Hay que seguir publicando, porque el escritor escribe porque es parte de su ‘naturaleza’, como el respirar. Porque escribir no es un placer sino una necesidad vital. Porque el único modo de cambiar las cosas es escribir, desde que al escribir dejamos de asociarle lo de levantar barricadas; porque las columnas de papel valen tanto como muchas barricadas.

Porque se escribe aunque el editor, casposo o emergente, no te pida publicación, o te la pida gratis y se la niegues porque quieres cobrar igual que él. Se escribe aún más cuando tratan de esconderte. Y todavía más cuando hay tanta gente dispuesta a escuchar tu propia idea del mundo y te sientes respetado y bien solo por verte leído.


Quienes leen lo saben, y por si no se había dado cuenta alguien: los escritores no escribimos para vosotros, pero vuestro leer es nuestro aliento, aunque pudiéramos seguir viviendo sin aire.

©Pablo Martínez-Calleja, 2017

domingo, 5 de marzo de 2017

Cabras payoyas y la invención del lenguaje y la forma literaria

No parece caber duda en que desde el humor y la sátira se maneja el lenguaje de un modo muy especial, abreviado, cargado de significado y de tal modo sintético para producir el rápido efecto de querer engañar a nuestro cerebro, aunque sin conseguirlo: allí llega la risa o la sonrisa.

El Carnaval de Cádiz es la gran fuente de este uso del lenguaje en el ámbito hispánico. No es la única, pero sí una de gran potencia, y que ya exporta hacia el Uruguay, con el inmenso significado que ello contiene.




La Chirigota del Ukelele ya introdujo el nombrado instrumento, que durante este Carnaval de 2017 he documentado en, al menos, dos chirigotas más. La misma formación carnavalesca ha disfrutado fama y calorcito con humedá gracias al foam que la venía caracterizando. Este año vuelven con su ukelele, el foam sigue representado en los cuernos de l@s payoy@s, pero traen otra novedad. Unos cupleses que de ninguna manera, por su ingenio y calidad, deben seguir encerrados en una forma que ellos mismos han superado, por lo que yo me he permitido nombrarlos como “cipleses payoyos”.

Los “cipleses payoyos” están compuestos por seis(1) únicas palabras y que contienen todo el significado necesario para expresar una idea completa, que remueve en la memoria del imaginario y produce los efectos de comprensión, emoción, risa o sonrisa entre el público asistente.

Si bien ellos, tal y como me confesaban, se habían inspirado en una afirmación de Oscar Wilde, según la cual seis palabras sería suficientes para un relato con sentido completo, y que en una comilona con sus amigos del Perchero, a la que creo que no faltó José Sánchez, o al menos de ella sabía (y me lo contó), la inspiración procede de un aire literario mucho más denso, que vamos a reseñar brevemente.



A Tito Monterroso se le atribuye una novela de siete palabras que dice así: “Cuando despertó, el dinosaurio ya no (2) estaba allí.”
Igualmente se lanzó a la microliteratura, invento nada nuevo aunque lo parezca solo porque twitter lo desee, corre por las calles la leyenda urbana sobre Ernest Heminway, que hubiera escrito la novela “For sale: Baby shoes, never worn” (‘Vendo zapatos de bebé nunca nacido’). Hay otros autores más, pero me quedo en Oscar Wilde y en su espíritu carnavalero, iconoclasta e irreverente, provocador y descarado:

“That was good. Needs more porn.”

(“Eso fue bueno. Más porno, porfa”)


Con estas inspiraciones se nutre la gran Fiesta de la Palabra que es el Carnaval de Cádiz, cultura, y no solo cultura popular, como la alta cultura quiere argumentar para mantenerla pedestre y niña. Hay mucho más que decir del Carnaval como Cultura a tener en cuenta para todas las fuentes de conocimiento.



Cabras payoyas y su creación literaria. Cipleses payoyos

“No es no.”
“Esta noche tampoco.”
“No bebo más.”
“Por ahí no.”
“Sigue, sigue, ya.”

Y, por finalizar esta crónica, un verdadero monumento a la conexión entre la cultura popular y la literatura carnavalesca, propiciada por la microliteratura:

“Piedra, papel, canuto.”

(“Piedra, papel, tijera” sería lo esperado, desde el juego bien conocido entre niños y jóvenes; pero el humor de las Cabras payoyas cambian una sola palabra para permitir comprender otro arquetipo cultural, el del uso y consumo de hachís.).

La Chirigota del Ukelele sigue su camino de modernización del Carnaval de Cádiz, chirigota de letras mayúsculas.


©Pablo Martínez-Calleja, 2017

(1) Naturalmente se trata de tres palabras y no de seis!
(2) Naturalmente el texto original dice: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.”




Carnaval 2017...

El Carnaval de Cádiz vuelve a sorprender y nunca defrauda. Agrupaciones Callejeras que han acostumbrado al público a una calidad siguen manteniéndola; no se pueden esperar obras maestras todos los días, ya lo hemos dicho otra veces.

Este Carnaval 2017 se ha caracterizado, hasta ahora que quedan sábado y domingo de piñata, además de Carnaval Chiquito, de una serie de elementos y factores novedosos o, aunque repetitivos a lo largo del tiempo, traumáticos para cualquier persona de alma sensible y con un mínimo de decoro ético.

La agresión homófoba insiste en no querer abandonarnos. No es nueva. El enorme prejuicio que, de forma evidente o latente, existe todavía y animado por la estructura de pensamiento del machismo, dado que el machismo es heterosexual, aparentemente, es el fundamento ideológico que viste esos actos de violencia física o verbal.

Así mismo ha sido gran tema la corrección política, llamadas a una corrección a las que no pocas chirigotas han hecho caso omiso, en razón de su deseo de libertad libérrima; chirigotas o romanceros que no han venido poseyendo un lenguaje de reivindicación  machista.

También la limpieza y la higiene públicas han vuelto a ser tema, y eso que con la nueva corporación municipal sí se puede, y se debe, en mi opinión, constatar que los esfuerzos se han redoblado y la situación ha experimentado una ligera mejoría. Sin embargo, los wáteres averiados de establecimientos a los que la ordenanza municipal obliga a tener en perfecto estado como condición para su licencia de apertura, o la disposición insuficiente o inapropiada de los wáteres móviles instalados al efecto, así como la ausencia real de un verdadero plan de papeleras, han vuelto a dejar en evidencia lo muchísimo que queda por hacer en la fiesta grande de Cádiz, cultura por excelencia.


A falta de que yo pueda recuperar observaciones de Carnaval durante el próximo Carnaval Chiquito, u otros medios, dado que ya estas líneas las escribo desde Basel, a la espera de que comience esta próxima madrugada su Carnaval, mis críticas deben tomarse “a beneficio de inventario” (y esta expresión en homenaje a la chirigota sevillana No te vayas todavía, y a su bombista Alba).

©Pablo Martínez-Calleja, 2017

viernes, 24 de febrero de 2017

Desde la Plaza... "Callejeras", de Calvichi's



Inauguración de la Exposición "Callejeras", de Calvichi‘s, en el espacio trasero del Mercado Central de Cádiz, un espacio recién recuperado como zona peatonal.

Crónicas clandestinas 2



Juan Carlos Aragón: „El Humor es la única forma de dar a la vida el sentido  que no tiene“, durante la presentación en el Falla de su novela „El pasodoble interminable“.


Crónicas habaneras 1

Se reunió la parroquia frente a la Santa Cueva, y nadie olvide que ahí dentro habita nada menos que nuestro Goya. Se reunió la feligresía bajo la dirección espiritual de los padres, seguramente priores, si no más, Jeta y Morro (que ya es ponerles apellidos) y nos reBelaron su palabra, y no tuvo desperdicio, y el Mundo siguió girando, aunque ya de muy otro modo.

©Pablo Martínez-Calleja, 2017

jueves, 23 de febrero de 2017

Crónicas clandestinas 1

Llegar a Cadi es llegar a donde sea y encontrar el camino a José del Toro, en busca de Javi (Usted está quí), desayunar en La clandestina, decir hola a Iván, a Enrique, y tener el gran placer de abrazar a Miguel Ángel García Argüez. Así es en Cadi, así empieza Cadi.

Se barrunta la tensión, huele a Carnaval: más que oler apesta ya... Y esta noche iremos a buscar la bendición Urbi et Orbe al Café de La Habana. ¿Habrá en La Habana un Café Cádiz?

©Pablo Martínez-Calleja, 2017