sábado, 13 de mayo de 2017

Los Imparciales

Premisa. Es notable observar en la historia de toda la prensa occidental el deseo de parecer lo que se quiere ser o de lo que se desearía ser (o no). Los periódicos adoptan nombres pomposos, siempre: El País, La Nación, El Mundo, El Independiente, El Imparcial, El Sol...


Las críticas contra un Cuarto Poder que resulta ‘líquido’, en la expresión actual, y sin ningún tipo de control, llegan desde todas las esquinas del espacio social. Con mayor o menor fortuna. Algunos desean que el público quede exento de responsabilidad, a lo que habría que recurrir a Mariano José de Larra, y no solo por su famoso artículo: “¿Quién es el público y dónde se encuentra?" Umberto Eco dedicó su última obra, “Número Zero”, a un periódico, a un político metido a jefe de un periódico, ante lo que solo nos queda recordar aquella máxima de que un partido político que desee alcanzar el gobierno necesita un periódico que lo respalde. Así, los periódicos van llevados por su propia deriva en la que ese público que se deseaba Larra no desea embridar el timón con una única intención, la de que no vuelque en unas aguas siempre bravas, incluso revueltas.


También los cómicos, por supuesto, les han dedicado momentos a los medios de comunicación, usándose de ellos para sus sátiras y parodias. Martes y trece le dedicó un homenaje a Tip y Coll. Le Luthiers, recién premiado para Asturias, escenificó una tertulia radiofónica…


A este hecho ‘universal’ se le suma la ‘fusta universal del Carnaval’, y lo mismo en Cádiz que en Basilea claman las calles, los carnavalistas y carnavaleros, contra una prensa que representa el Cuarto Poder y debería ser, en realidad, la sátira escogida y elevada contra el Poder. De lo que se deduce que solo el Carnaval, en su realidad plural callejera es capaz de “cantar las verdades del barquero” sin ningún tipo de control (excepto el ideológico que impere en la correspondiente agrupación de Carnaval) o con relativamente poco, en principio. Hay que decir que la suma de todas esas fustas debería poder componer el látigo de siete colas que el Cuarto Poder está necesitando, como un Poder tan elemental (o más) en una sociedad democrática.

Un pequeño descubrimiento. Salí de viaje hacía Basilea con el primer pase de Los Imparciales en la cabeza. Todavía leían el texto, no aparecían conjuntados y aquello hubiera sonado a ‘música ratonera’ excepto que la experiencia me indicó esperar, porque en el Carnaval de Cadi hay que esperar y tener algo de paciencia.
Llegué a Basilea y me encontré con nada menos que el “BaZ Sale”, una agrupación le daba y duro al periódico de la ciudad Basler Zeitung.




Libreto
Sólo pude sonreír y comprender ese hecho ‘universal’ en el espacio cultural del Carnaval. Y regresé a Cádiz, y Los Imparciales, ¡Cómo sonaban ya Los Imparciales!

Su libreto representaba, igual que en Basel, al periódico local. Cualquiera diría que yo mismo hubiera llevado y traído el espionaje de libretos e intenciones.


Libreto
Los Imparciales. Los que fueron “Los balconetti”, “La escopeta nacional” y “Los huesitos” salieron de gangsters (o del cliché del Chicago años 20) y encorbatados con papel de periódico. Su repertorio me recordó, inmediatamente, una película americana de 1974:


A mi vuelta de Basilea, Los Imparciales sonaban a Carnaval, del bueno. Sus voces ya sonaban perfectamente conjuntadas y de mi asombro me surgió una pregunta: ¿esta gente sabe música?, ¿todos ellos? Es importante darse cuenta de que los silencios son difíciles de mantener cuando no se tiene una verdadera experiencia musical como intérprete. Hay que contar interiormente y hay que saber cómo contar, y todos tienen que contar igual. Y todo esto en mitad de las calles. Bien.

Ya desde las primeras cuartetas mantienen su etiqueta de crítica contra el status quo, homenajean a dos personas cualesquiera de tantas que gracias al crowdfunding hacen posible iniciativas independientes y se burlan de la gran banca, en la persona de la hija del difundo banquero botín.

La sutileza, fina, divertida, pero mordaz, llega en la primera cuarteta:

“Locos por una primicia,
el personal se me aturulla,
no es que tengan PRISA,
es que el grupo tiene bulla;
El Imparcial!!!

Naturalmente aquí PRISA es el ‘grupo’ PRISA, editor de El País, que tiene ‘bulla’, un sinónimo gaditano para expresar la prisa desbocada, el griterío, el follón. Y es que PRISA ha tenido en los últimos meses muchos problemas internos y con la sociedad española.

Sigue la burla, en una construcción de texto absolutamente irónica y espectacular:

“No publicamos nada que no sea veraz:
verás, tampoco vamos ahora a exagerar…,
y ante la duda, siempre, siempre,
recurrimos a la fuente… de jamón.

Y si desea usted expresarnos su opinión,
más que una carta, mande un sobre al director,
o más de uno, que el diario El Imparcial
es muy plural…”

El juego de palabras de esta última cuarteta, disociando carta y sobre, insiste en la sátira y burla contra la corrupción generalizada y expresada a través de los sobres llenos de dinero que la justicia española ha constatado que se utilizaban para entregar el dinero negro, en varios procedimientos judiciales contra el Partido Popular, actualmente gobernante.


En los cuplés tratan y unen la burla institucionalizada socialmente contra la Pedroche con la burla recurrente contra “el perro emperador”; la domótica, para constatar lo que avanza la técnica, con la pobreza estructural de una población que sigue penando para acceder a una casa digna; el “Jalogüín” y otros americanismos que deslumbran a “los españoles” (tradicionalmente) con la crítica contra el presidente del gobierno español igual de “mamarracho” que el actual americano; la drogadicción con el móvil y el irresponsable abandono de todo lo que no sea el móvil, incluso el "niño chico"; el deseo de éxito futbolístico de un padre por su hijo que le lleva a enfrentarse con el Mundo, para constatar que su hijo era uno más.

El horario español, también tema de actualidad, en unas cuartetas igualmente divertidas, donde por exigencia de la rima dicen Hamburgo en lugar de Berlín, porque les sale del Frankfurt (nadie olvide que ‘el Frankfurt’ hace mención a la salchicha y al ‘ecuador de la salchicha blanca’: una salchicha blanca, sobre todo típica de Baviera y Suavia. Es una salchicha que tiene una piel fina y que normalmente se retira para comerla con mostaza dulce y acompañada de un lazo de pan, junto a una cerveza de trigo. ‘La tradición’ dice que ha de comerse antes de las 12 del día.).



El estribillo no puede ser más irónico:
“Si no te gusta mi línea editorial,
te pongo otra.”


La burla contra las promesas de la religión de un Mundo feliz más allá del Mundo presente (“… y me fui porque allí me estaban entrando ganas de morirme.”); la burla contra la afectación de quien se compra el último grito de equipamiento para salir a hacer deporte “y dispuesto a comerse el mundo, cogió el camino y se fue a una venta.”.

Un pasodoble, lleno de doble sentido, donde esta agrupación va desgranando todos los “disparates” que han venido resultando de la acción del nuevo alcalde, el Kichi según su apodo, y que en su burla extremada contra los críticos del nuevo gobierno municipal, van refiriendo pequeñas acciones contra la corrupción y terminan:

“(…)
Puede que arregle la crisis…, pero de momento, el Kichi,
me está costando el dinero…, me está costando el dinero.”


No queda la crítica contra la monarquía fuera del repertorio, cuando le dicen al dentista que “la corona … se la pone usted a Felipe VI”, al mismo tiempo que una queja contra un sistema de salud que permite que los precios del dentista se disparen sin control.

Las rivalidades políticas como prolongación de las rivalidades familiares dentro de la familia, en especial las del matrimonio, y una queja contra la peculiar y legendaria desidia, tópica, del hijo de 18 años al que no le interesa la política, “pero tiene el cuarto de baño lleno de fotos de la Teresa.” (Se refieren aquí a Teresa Rodríguez, pareja del alcalde de Cádiz y diputada regional en el Parlamento Andaluz.)


Los chinos y su ansiedad por comprar en Occidente hasta los equipos de fútbol; las injustas relaciones laborales entre empresarios y trabajadores, en las que los trabajadores sufren severas condiciones de injusticia; la política local, criticando de forma irónica y grotesca a una concejala ‘eterna’ en el Ayuntamiento de Cádiz, en la que enganchan dejando aparecer al famoso concejal del grupo socialista; la regulación del tráfico rodado según matrículas pares o impares, lo que en Cádiz será diferente y la regulación será según ‘pares’ y ‘mares’ (de padres y madres; y que mares es el plural de mar).

Un cuplé de actualidad puramente carnavalera, referida a una iniciativa desde algunas filas feministas de llevar un brazalete morado para ofrecer visibilidad a personas que pudieran sentirse amenazadas en su libertad sexual. En este cuplé aparece el travestismo formal de todo Carnaval, al menos de forma simbólica, para volver con su burla incansable, dado que a la del brazalete “le pinchaba la barba igual que a Espinete” (Personaje de un programa de televisión –programa de difusión europea-, Barrio Sésamo: era un erizo.)
Me apetece llamar la atención sobre las tres últimas cuartetas:

“Confirmado que era un tío, no sabía como escaparme,
y por más que chillé esa noche,
no vino nadie a rescatarme.”

Hay un juego, muy imbricado, el de abrazar la fatalidad, con cierto placer, pero mantenerse en ‘una corrección de moral sexual’ permitida. Veo un posible paralelismo con una escena de la película “Les Grandes Ondes”, precisamente una divertidísima comedia cuyo tema es el periodístico, en este caso radiofónico: Es la noche de la Revolución de los claveles en Lisboa y en un piso surge de modo espontáneo una orgía. Esta orgía le será explicada, más tarde, al protagonista, donde queda claro que el técnico de sonido se dejó hacer por un bigotudo, “pero era todo tan amable…”, a lo que con picardía pero sin malicia, la periodista le dice: “te folló”, y el técnico arguye que…

Ya hemos explicado muchas veces que, a pesar de muchas cosas, el telón de fondo sexual sigue siendo un elemento del Carnaval: queja y crítica por el malestar en la vida sexual, travestimiento y homosexualidad.

Este mismo tema vuelve a aparecer, ‘recurrentemente’, puesto que hasta ahora cada cuplé incluía un solo tema:

“(…)
Que vivió una experiencia sexual con un negro zumbón que salió de allí mismo.
La experiencia fue tan conseguida y tan aparente que hasta le dolió.
Lo más raro, por lo visto, sucedió cuando se marchaba,
porque le dijo un dependiente
que aquellas gafas no funcionaban.”

La verdad es que este tratamiento de la homosexualidad podría verse a primera vista como homofóbico, quizá. Sin embargo, no lo sé, tengo la impresión de que este mismo tenor es el utilizado en toda suerte de sexualidades, aunque al mismo tiempo creo que la sexualidad masculina androcéntrica es la que mejor parada sale sin ninguna duda en el contexto general.

El final del repertorio va llegando y la burla se centrará, ahora, en la euforia publicada y anunciada por el presente gobierno sobre el presunto buen funcionamiento de la economía, que “Al final va acabar creciendo / Soraya Sáenz de Santamaría.”
El último cuplé vuelve a los temas locales y al del aparcamiento, tema tratado también, de modo monográfico en su caso, por Parking Dead con un trabajo de inmensa calidad.
Los Imparciales presentan junto al problema del aparcamiento el del pícaro:

“Los científicos americanos, tras varias semanas de investigación,
terminaron realizando un enorme descubrimiento:
la cojera se cura en Cadi con una plaza de aparcamiento.”

El popurrí de esta agrupación no da descanso al humor ni a la risa, es precisamente el momento que me lleva a pensar en la película de 1974, “Primera Plana”, igualmente crítica con un periodismo constructor de realidades.

Los Imparciales son, en mi opinión, una brisa de Cadi, con su música y sus pamplinas, que a quien las atienda le quedará en su boca un regusto a la melaza (no siempre tan dulce) de una realidad algo más chata, aunque entre risas y sonrisas y un manejo admirable de la lengua. Si el Carnaval de Cadi, como tantas veces se ha dicho, es periodismo satírico y grotesco, pero periodismo al fin, fusta contra los injustos y los malestares, Los Imparciales han dado cuerpo de periodistas a ese periodismo.


©Pablo Martínez-Calleja, 2017







(Por si hubiera personas con dificultades con la vista…)



miércoles, 10 de mayo de 2017

Notas de urgencia y con atrevimiento sobre la fecha fija o fecha móvil del Carnaval de ‘Cadi’

Vaya por delante que no me voy a mojar diciendo lo que yo quisiera: esto es cosa de los gaditanos y yo iré cuando ellos lo manden.
Añado que estas notas lo son de urgencia y necesidad, provocadoras y de muy “poca vergüenza” a la manera del Carnaval gaditano.

Nota previa a las demás notas previas. El Carnaval no es un hijo pródigo, no lo es. Menos aún del cristianismo (protestantismo + catolicismo). Lo dice Julio Caro Baroja y no voy a ser yo quien niegue que nuestro Caro Baroja es un gigante de la Cultura española. También habla de que el Carnaval se divisa en la “oscura Edad Media”. Bueno, ha venido quedando claro que la Edad Media quizá no fue tan oscura; la expresión misma de Caro Baroja predispone a seguir pensándolo.
Habla Caro Baroja del Carnaval como un supuesto hijo pródigo, hijo de la Santa Madre Iglesia, supongo. Lo que ocurre, sin embargo, parece, es que el cristianismo se encontró con el Carnaval e interactuó con él y lo ahormó. Lo que quizá se debiera decir es que el Carnaval fue un hijo adoptado, a la fuerza, por el cristianismo.
Habla Caro Baroja en 1965 de secularización y laicismo. ¿Podemos pensar en 1965, en la España nacionalcatólica en la que él escribía, que su secularización o laicismo eran los mismos que los nuestros? ¿Había laicismo en 1965 en España? Porque de ese presupuesto parte para asegurar que el Carnaval había muerto.

Los “hombres del bosque” venían huyendo de la iglesia y sus poderes de los campos a las ciudades, en busca de protección. Una de las primeras intervenciones, al menos, del cristianismo, la acomete un cura de pueblo, que ve en las mujeres lo que su represión le deja entrever (Roman de Fauvel). Ya en el s.XI “la gente llevaba… enseres de cocina de todo tipo…, como los ladrones suelen.” (Tuve que acordarme de “Cadi norte”).

Ámbito y espacio territorial del Carnaval. El espacio del Carnaval es europeo, el mismo Caro Baroja lo reconoce cuando se apoya en Jean-Richard Bloch para insistir en que el Carnaval ha muerto. Sin embargo gusta de insistir en que él habla de un Carnaval español o ibérico.
El Carnaval es europeo y ofrece identidad cultural europea. “Das Wilde Heer”, dirigida por el Hellequin (luego transformado en el arlequín que todos dicen conocer), tiene su correspondiente en la Santa Compaña, por ejemplo. Pero el Carnaval es un magma, un gran magma, con infinitas pequeñas o grandes variedades y con elementos comunes que hacen de ese gran magma un elemento común europeo. Cádiz no se salva de ello, de ningún modo. Solo que Cádiz sería el modelo más avanzado y acabado (a salvo de algo para mí desconocido, claro), hasta la fecha, de un Carnaval europeo, y mundial.

Identidad. El Carnaval es una celebración de la comunidad. Distinta en su fuerza identitaria si se celebra en el espacio rural o en el urbano. Es un elemento socializador. Es un instrumento político de control de los poderosos. Es una juerga para burlarse de ‘todo’. Es la posibilidad de jugar a “ser alguien otro”.
Se pretende que es cristiano y daría identidad cristiana a la comunidad. El cristianismo llegó amoldándolo, ahormándolo y tratando de asimilarlo: hasta hoy mismo todavía. Interesante se presenta no dejar de ver la cantidad grande de gente que pertenece a cofradías de semana santa y a agrupaciones de Carnaval. Interesante es también que el Ayuntamiento de Cádiz, en su deseo de poner fecha fija al Carnaval, quiere incluir a las organizaciones católicas, de modo formal, en la decisión.
Resulta importante, para no perder de vista a Mintz, incluir en el Carnaval de Cadi a la capital y a su provincia.


Espacio temporal. Las iglesias cristianas demarcaron el espacio temporal al Carnaval, una demarcación que no siempre existió. La llegada del cristianismo comenzó a exigir, y ello fue posible con su avance hacia el Poder político, más espacios propios: la cuaresma.
Parece necesario insistir en que el espacio temporal es una cuenta que va hacia delante y vuelve hacia atrás. La pascua de resurrección no es otra que el Pésaj judío, que se calcula desde el primer plenilunio de la primavera. Desde el Pésaj se cuenta hacia atrás, se sitúa el miércoles de ceniza. Como ya antes la iglesia tenía situada la navidad y todas sus festividades, la iglesia decide que esas ‘celebraciones paganas’ = Carnaval se pueden celebrar entre la epifanía y el miércoles de ceniza. Lo que se conoce en el calendario litúrgico como Tiempo Ordinario.

El Carnaval, sin embargo, salta por sobre esa pinza temporal y no solo en Cádiz. Basilea, una ciudad protestante (aunque con gran cantidad de otras religiones representadas entre la población y de modo formal, con sus iglesias, etc.) sufrió prohibición y hoy su Carnaval empieza el lunes siguiente al miércoles de ceniza (durante tres días, más las excursiones durante los dos fines de semana siguientes).

Llama la atención que la iglesia de Roma quiera cambiar la fecha de su pascua más importante (pascua al mismo tiempo judía) por un sistema completamente arbitrario temporal, cuando hasta ahora la iglesia había venido siendo concienzuda en tratar de organizar sus celebraciones con lógica aplastante. Ahora parece que la iglesia va a elegir un día que les venga a todos bien para celebrar la resurrección de Jesucristo.

Llaman la atención los planteamientos con los que se quiere dar solidez al cambio de fechas del Carnaval y que, hasta ahora, se diga con la boca pequeña sobre la independencia que el Carnaval deba tener respecto al calendario litúrgico católico (en este caso). Llama la atención que vayan a ser preguntadas las organizaciones católicas sobre el cambio, en este contexto. Lo que más aparecen son las razones de tiempo para las agrupaciones carnavalescas, el concurso, la hostelería y la llegada de turistas.

Quedan pendientes la formación del nuevo Patronato del Carnaval, que quedó en suspenso, y una nueva reforma del COAC. Sin embargo, se quiere acometer antes el cambio de fechas.


Cádiz debe decidir cuál es el modelo de ciudad que resultará de tal cambio. Es algo que corresponde a los gaditanos, para definir y decidir sobre su elemento cultural de mayor fuerza diferencial, que porque hace única a la sociedad gaditana le otorga una identidad especialmente marcada.

©Pablo Martínez-Calleja, 2017

martes, 11 de abril de 2017

"Si tu hijo te ha salío maricón..."


Aclaración. Va a ser, esta, la primera vez que escriba una crítica sobre una chirigota que no he visto en la calle. Solo he visto el vídeo que, amablemente, editó Domingo Acebo Moreno, del Aula de Cultura del Carnaval, a petición de urgencia por mi parte, y me lo entregó incluso antes de publicarlo. Gracias, Domingo.


Quién me avisó de todo fue Javier López García ya que él, como tantos otros, estaba informado de mi viaje a Piornal en busca de las raíces del Carnaval, ese Carnaval arcaico que perseguía al demonio y a los malos duendes, y que hoy persigue a los abusones, corruptos y caprichosos del Poder, o las costumbres demasiado ridículas o puritanas. Gracias, Javier, también, por prestar atención a esos posts míos. Jarramplas es una de esas figuras que, con sus transformaciones, es el Carnaval antiguo y todavía es una forma de Carnaval actual.

Este es el cuplé que Los hijos de putin dedican a mi querido Jarramplas:


El pueblo de Jarramplas
“El pueblo de Jarramplas
allí en Extremadura
tiene su propia fiesta
y su propia cultura:
disfrazan a un vecino,
con plumas y dos cuernos,
y le tiran los nabos
que han recogío tos en el huerto.
Si le hicieran eso a Olvido Hormigos
No iba a quedarse ni un nabo suelto."


La chirigota. Los hijos de Putin me parecen una chirigota de mucho fuste, divertida, gamberra y con unos bastinazos bien traídos y engarzados en su repertorio. No haré cita de su libreto porque no he podido disponer de él, a pesar de tenerlo prometido. Una pena, porque considero que esta agrupación representa mucho de las calles de Cadi y es incluso una síntesis urgente de lo que allí suele ocurrir en Carnaval.
Los hijos de putin son una chirigota que sintetiza varios elementos del Carnaval de las calles de Cadi. Sus permanentes bastinazos nos recuerdan, en parte, a la Shirigota rockera ilegal de Cadi (este año Homo Erectus), que al igual que ellos respecto al capitalismo, Los hijos de putin aportan una crítica concreta a la política de Putin: la homofobia. La música de sus cuplés tiene varios acordes de la música utilizada por Homo Erectus (la utilizada por la serie de televisión de origen francés, Érase una vez el Hombre, y compuesta originalmente por Beethoven. Lo que no puedo saber, aunque insistí en poder hablar con sus componentes, es cuándo y cómo resolvieron decidir su repertorio

Los hijos de Putin es una agrupación de identidad sexual, de reivindicación de una identidad sexual perseguida moralmente en gran parte del Mundo, y perseguida penalmente en varios países. En este caso, las últimas Leyes del régimen de Putin enervaron, parece, a esta Chirigota que decidió hacerle frente al gobierno del gran país transcontinental. Con buena música, buenos cantores y mucha juerga, se regodean en la homosexualidad con actitud y derecho a practicarla, para oponerla a quien quiera que sea el-hijo-de-puti…

El estribillo “pues tu hijo te ha salío maricón, maricón te ha salío” tra[n]sciende el hecho de una legislación prohibicionista, la que sea, para olvidarse de Moscú y hablar a los padr@s de su casa.
La burla de que se prohíbe todo lo que tenga que ver con los ‘homos’, hosexuales, Homo Sapiens…, la considero una burla magistral de esta Chirigota.


Al mismo tiempo, y gracias a la información compartida por Domingo, esta Chirigota rinde homenaje a Miguel Brun, y a una Chirigota, “Los poetas de la generación del 69”:

Vídeo gentileza de Domingo Acebo Moreno y el Aula de Cultura del Carnaval de Cádiz.

"Cuando la noche te envuelve, las alas de tul del sueño,
y tus rendidas pestañas semejan arcos rondeños,
por escuchar los latidos de tu corazón inquieto,
y reclinar tu dormida cabeza sobre mi pecho,
diera, ¡ay!, alma mía, todo cuanto yo poseo:
la luz, el aire, la lira, la vida y el pensamiento,
la gloria, la fe y la fama, yo diera, por ser tu aroma...
Lo que yo quiero decirte, concretamente, es que me la comas."

Cuplé de “Los hijos de putin”
(Min 26 del vídeo)

Tu sabes carmesí, de tibia comisura,
pétalos de alelí, rebosas hermosura.
El eco de tu voz en lo alto de la loma
y tu mano es igual que las suaves alas de una paloma.

En verdad lo que quiero decirte, concretamente, es que me la coma."

©Pablo Martínez-Calleja, 2017