domingo, 27 de febrero de 2022

Crónicas clandestinas de Cadi 1



Cadi, ciudá de dos continentes, de dos vientos, de dos Carnavales. Calle Rosario y ahí está Ketama escanciando pelo, ¿y que no lo pongan en los Ten Topdel Carnavá callehero? ¿Y pa’ qué sirve un Top Tende Carnavá? Pa‘ ná.

 

Lo muerto del Carnavá, er Kichi y la Tere. No farta la Cazalilla. Que si er Kichi ha engordao, que si la endodoncia le deja comé y la Tere se lo pasa tó. Y ya lo de la Avenida…

 

Boris Johnson, caletero, desvergonzao y la suegra de su mujer. Y la Magallanes que sale de Milagri, con la pantalla de una lámpara como si hubiera venío del Zürich de Isabel Domínguez Amaia. La Magallanes que habla de no se qué enchufao…, en el Ayuntamiento.

 

Los Calentati, en un febrero que parece junio, que menudas temperaturas tiene este febrero. Bien cantao y bien tocao, veremos.

 

El día se fue, ayer, en un ir y venir. A la Plaza, a comer dos bocadillos. Al Levante, y saludando, qué gusto, a gente que no veía desde hacía dos años, que yo salí corriendo de Cadi para documentar el Carnavá prohibido de Basilea. Llegó la noche y a José del Toro, delante’ la puerta der Cambalache. Cuánta charla bonita, mi amigo Juande, cine, fotografía, Patricia y la foto. Pero antes Elsa, con su hermano y su padre en nuestra conversación, recostaos en la piedra ostionera frente al Levante. Y vuelta con el Levante. La última persona que saludé antes de irme a dormir fue Tellez, nuestro Tellez. Y luego, desde la cama, las sirenas desde Plaza Mina.

 

Esta mañana, a las nueve y media, las calles de Cadi estaban limpias, que hay que también decirlo, limpias como la patena. IMPRESIONANTE, que el Ayuntamiento no sepa de autocrítica y haya querido a Cadi como hay que quererla, limpia y aseá.

 

©PabloMartinezCalleja, 2022

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario