lunes, 24 de febrero de 2014

Tres obras y su autor: El Selu y su gente

Igual que hubo un tiempo en el que el filósofo (Ortega y Gasset) se hacía amigo de un torero (El Gallo), hoy el Filósofo de quien tiene que ser amigo es de El Selu. Sus chirigotas, y no pensemos solo en su texto, su música y su escenificación teatral, deben su éxito a su gente tanto como a él mismo. En lo que quiero destacar eso que vengo oyendo sobre que todos ellos son amigos: una palabra que no es necesario explicar.

Llegué al Carnaval de Cai por internet, topé con “Los enteraos” y me quedé en el carnaval, en Cádiz y en El Selu. Eso sí, sin orejeras, que si no hubiera más mundo en Cádiz que El Selu no habría mundo y El Selu no sería grande, ni pequeño. Además él, ellos, hace grande y más grande al carnaval, porque lo han convertido en teatro, han obligado a retornar, a la plaza del Pueblo, al teatro en forma de carnaval.

Veamos sus textos, tomados del habla popular y no construidos para el escenario al modo de la astracanada o la zarzuela, ya que no hay pretensiones generalizadoras. A esa habla tomada de las tabernas le han sumado toda la tradición del teatro de humor y del humorismo, empezando por el humor del absurdo inigualable de Miguel Mihura o Tip y Col y pasando por Gila. Luego le han añadido la acidez crítica de un Alfonso Sastre o la amable aunque incisiva de Mihura.

cadiz.vayaciudad.es
La construcción de personajes, los ‘tipos’, tomados de las calles de su ciudad y no construidos para mamarracho de un escenario sino teatralizados que, en mi opinión, alcanzan categoría de ‘universales de la cultura hispánica’, en una suerte de posible identificación de muchos rasgos reales, de manera que la catarsis propia del teatro se hace posible.

No se olvida la burla, pero la inteligente, y la burla amable y cariñosa propia del humor, la de la sonrisa generosa, hasta piadosa, tan diferente de la risa atolondrada, a veces obscena. ¿Se puede reír? Sí, cómo no, y se debe: pero no es una risa que salga de la boca sino de la tripa, como si la escribiera Valle Inclán. Maneja, El Selu, ese fino concepto del humor nacido de la empatía, ese del verse, un poco, en el otro y no avergonzarse, para no avergonzarse de uno mismo. Pero criticarlo con firmeza cuando es un poderoso y con suave calidez cuando es el cachas del gimnasio, la abuela de la argolla o el butanero.

En “Los que no se enteran” vemos la obediencia, sumisa, domesticada, la mente abducida, contestona que contesta desde ese ‘estar de vuelta de todo’ sin haber salido de las cuatro calles de su barrio. En “Los enteraos” el explícito saberlo todo y maniobrar en la vida desde el desdén constante hacia todo, y ‘estar de vuelta de todo’ sin haber ido, en realidad, a ninguna parte ni saber nada. En “Pepe Trola” la voz de falsete, el desdén de quién se pretende superior y es un mamarracho subido al púlpito de las tabernas (al mismo tiempo cátedras y escuelas de ignorancia).
Pues bien, desde esos personajes mismos fluye lo que ellos mismos van a decir y cómo. El sumiso lleva su chalequito y el jersey del brazo con una suavidad flácida y por mandato, como todo lo que dice y es. El sabelotodo, arrogante y suficiente, ni necesita leer el periódico, que ya se lo sabe antes de haberse publicado, y magistralmente simbolizado en ese llevarlo cosido bajo el brazo, como tantos y tantos seres reales que usan el periódico como un barniz, mostrando bien la mancheta ‘correcta’ y que, sin duda, no tienen necesidad de abrirlo: nada nuevo bajo el sol… que nunca ha visto; sus frases eternas y dichas sin respirar en los pasodobles y la maestría del absurdo en su mejor expresión: “yo que entiendo una mijita de esta fiesta porque me he llevado más de treinta años llevando a mi hermana revistas para que recorte papelillos para la cabalgata” (cito de memoria) El mamarracho que se pretende excelente y elegantísimo habla desde su corbata y lo dice todo, con su voz en falsete, su afectación, y su perdonarnos la vida.
Son personajes plurales que van más allá, además, de la imagen de la corbata, por ejemplo, para cantar a todos los que llevan corbata o no la llevan…

Nada está traído por los pelos,  ni siquiera los telones del escenario. Todo es resultado de la naturaleza del personaje, del ‘tipo’. Puro teatro de carnaval. Inmenso valor cultural de nuestra sociedad. Carnaval de Cádiz. Y, como en todo carnaval, no han de faltar sus tres ingredientes esenciales: la queja y crítica social y política; la queja y la crítica sexual; ‘la posibilidad de saltar por encima de la única vida que tiene el ser humano para vivir una segunda, a prueba, sin hacer el ridículo, ‘sin consecuencias’, en ese tiempo en que las normas son otras: el carnaval’ (libre según W. Oelster).


© Pablo Martínez-Calleja, febrero 2014

Chirigota "Pepe Trola"

Cuartos de final en el COAC


Chirigota "Pepe Trola"

Presentación, en clasificatorias, de la chirigota en el COAC en el Gran Teatro Falla


Comparsa "Los Gallitos"

Pasodobles en cuartos de final del Concurso Oficial de Agrupaciones de Carnaval en el Gran teatro Falla