jueves, 12 de noviembre de 2020

Karneval und Weihnachten

 Eine sehr interessante Unterhaltung:


"Warum es kammerschade ist, dass der Karneval ausfällt"


Meine erste Antwort:

"Der Karneval ist eine fragwürdige Angelegenheit.", genau so fragwürdig wie Weihnachten, wenn der Autor davon etwas wissen wurde. Karneval als Fest und Trinkerei lediglich zu betrachten ist eine sehr grobe Reduzierung. Karneval eigentlich ist ein Ritual aber nicht wie der Autor Ritual meint.


Anonime Antwort:

"genau so fragwürdig wie Weihnachten, wenn der Autor davon etwas wissen wurde."

Ist ja auch unmittelbar vergleichbar: Nicht besinnlich mit Kerzen in der eigenen Familie im kleinen Kreis, sondern die Festsäle der Gaststädten sind tagelang voll mit laut singenden, schunkelnden, schreienden Menschen. Der Alkohol fließt in Strömen und die ganze Woche ist niemand zurechnungsfähig: Entweder schunkelnd im Alkoholrausch oder im Auskurieren seines Alkoholrausches. Genau so kennen wir Weihnachten. Nicht wahr?

Nein, sorry, aber Weihnachten und Fasching sind NICHT vergleichbar. Karneval IST hierzulande ein Fest der Trinkerei und des Feierspaßes mit Massenveranstaltungen, Weihnachten nicht. Weihnachten können sie auch ohne Probleme im ganz kleinen Kreis zelebrieren, bei Fasching geht das grundsätzlich nicht: Fasching lebt von Massenveranstaltungen.


Meine zweite Antwort:

Im Advent und Weihnachtszeit die Weihnachtsmärkte sind voller Buden zum Trinkerei und viele Leute betrinken sich ständig auch wenn besinnlich, mit und ohne Schuss. Der Konsum von Alkohol in der Weihnachtszeit ist sehr hoch im vergleich zu andere Momente des Jahres.


https://www.fitforfun.de/news/bundeszentrale-fuer-gesundheitliche-aufklaerung-warnt-vor-zu-viel-alkohol-an-weihnachten-398912.html

https://www.stuttgarter-zeitung.de/inhalt.alkoholkonsum-so-trinken-sich-die-deutschen-durch-weihnachten.3807eea2-9b09-4164-94d1-24a679fdc847.html

Hier im Lande Karneval ist so wichtig wie Weihnachten, auch wenn anders wichtig und in der Vergleich hätte Weihnachten alles zu verlieren, auch wenn Sie es nicht mögen. Und eine Kulturindustrie erste Wichtigkeit auch wenn Ihnen es nicht passt.

Karneval hier im Lande ist Demokratie, Satire, Control über Politik auch mit eine immense Kulturprojektion auf die Gesellschaft: Politisches Cabaret. Kannten Sie Dieter Hildebrandt aus dem Lande?

Massenveranstaltungen sind auch jedes Wochenende auf dem Markt, jede Adventssonntag in der Kirche und auch im Restaurants und Läden. Straßen voller Leute kaufend ohne verstanden zu haben, warum man alles gekauft werden soll.

Hier im Lande...

viernes, 3 de julio de 2020

Carnaval: No maldigas en el nombre de Momo en vano

Es conocido el desprecio que las sociedades cristianas, en especial las católicas, dedican al Carnaval desde sus elites gobernantes o intelectuales; ni qué decir de cómo ignora la llamada alta cultura al Carnaval desde la ignorancia y el intento de manipulación constante. Tiene su explicación: la cristianización de Europa se observa inacabada en la misma medida en que se observa la existencia de los Carnavales en Europa: los arcaicos, los rurales, los urbanos, etc., en una diversidad que muchos desconocen como es claro, y cuya potencia real es muy superior a lo que las altas esferas aceptarían, y por ello desprecian como cultura popular, cultura folklórica, o con usos de la palabra Carnaval como en el articulo que aquí critico.

Tachar al Carnaval de una revuelta antidemocrática es, con mucho, lo último me me faltaba por escuchar y siento que lo haya pronunciado alguien a quien suelo leer con atención, Carlos Elordi:

"En una situación tan excepcionalmente negra como esa, y que, más o menos, la gente informada conoce desde hace ya semanas, ¿qué sentido tiene el carnaval político con el que nuestra derecha nos ha obsequiado y sigue haciéndolo, aunque ahora guardando un poco más las formas? Aparte de ridículos, esos comportamientos son antinaturales, por no hablar de su falta de moralidad en incluso del mínimo patriotismo."

Si el Carnaval es algo es la anti derecha y el instrumento más genuinamente democrático que las sociedades que no conocían siquiera ese concepto aceptaban y practicaban, con la boca grande o pequeña. No hay, e insisto, NO ES POSIBLE una sociedad democrática, que no esté atrapada por una dictadura, la vida sin Carnaval. Y cuando la dictadura lo prohibe el Carnaval le abre las costuras a la dictadura: Cadi es el genuino ejemplo.

El Carnaval es la libertad libérrima que no atiende a razones ni Leyes para criticar el abuso y al abusador, con lo que si las derechas han usado Carnaval para atacar al Gobierno legítimo y democrático Elordi estaría diciendo, al mismo tiempo, que el actual Gobierno legítimo y democrático es abusador y susceptible de la crítica, y merecida en ese  hipotético caso, desde las derechas. Esto es, la verdad, algo que Elordi no quiere decir ni dice sobre las derechas, por lo que me permito decir, una vez más:

No maldigáis en el nombre de Momo en vano. Dejad al Carnaval que siga siendo lo que es, el instrumento democrático más genuino y perfecto que ninguna democracia haya conocido, y que todas las dictaduras y pseudo dictaduras prohiben antes o después.

Dejad de desacreditar el Carnaval ante la sociedad.

©Pablo MtnezCalleja, 2020

lunes, 30 de marzo de 2020

Carnaval de Lantz

 El Carnaval de Lantz es una perla entre los carnavales ibéricos, explicaremos por qué.

De momento, aquí les dejo la estupenda página web que ha preparado un equipo sobre ese Carnaval pirenaico, un Carnaval fusión, un Carnaval digno de verdadera atención.

viernes, 27 de marzo de 2020

Planazo excursión: 'Sáltate' la cuarentena...

Este finde, excursión...!

'Sáltate' la cuarentena con fantasía e inteligencia.



martes, 17 de marzo de 2020

Carnaval y pandemia


Markplatz, Basilea

Un buen amigo me llamaba esta mañana para preguntarme por mi estado en el aislamiento y desearme ánimo. Sigo sin síntomas de ninguna clase. Como siempre, la conversación ha sido algo más larga y han surgido nuestros respectivos últimos viajes y excursiones, la mayoría de investigación o curiosidad. Él es un militante de la alta cultura y ha salido el Carnaval, en sentido despectivo, unido a la extensión de la pandemia. Sus comentarios no me suelen dejar indiferente así que me he puesto a investigar sobre Colonia y la pandemia, que era la región de la que hablábamos.

Vaya por delante que solo pretendo hacer una reflexión a la manera de cómo la WHO (OMS) aconsejó dejar de hablar de el virus de Wuhan y nombrarlo por su nombre, Covid-19. La primera prohibición de Carnaval se produjo para Venecia y la siguiente para Basilea. En el caso de la prohibición de Venecia la situación en Italia era ya preocupante, en el caso de Basilea no.

En unos lugares se prohibió el Carnaval, en otros lugares no. Creo, sinceramente, que esa disparidad produjo incertidumbre y la sensación de que la prohibición no tenía una verdadera justificación. Además, creo que donde se produjo la prohibición, excepto en Venecia, no se expreso con éxito comunicativo, algo necesario en una sociedad democrática: el caso que yo conozco es el de Basilea, donde apareció un Carnaval ilegal que pude documentar. Creo que fue importante documentarlo y ya estoy trabajando en su publicación. Por las calles solo encontré periodistas locales o regionales, curiosamente, y creo que cumplían igualmente con su obligación de informar. Con los datos de hoy…, pero ayer teníamos la información de ayer, no insistamos en maniqueísmos tontos. Hoy la pandemia se ha extendido y las autoridades hablan con mayor claridad, así como la información que fluye es más descriptiva de la situación. Sobre todo, la disparidad sobre la gravedad del asunto no existe ya, y a pesar de la diferencia de medidas tomadas, a nadie se le escapa la gravedad de la situación en este momento, a nadie con dos dedos de sentido.

Como decía, tras la conversación con mi amigo me puse a averiguar y descubrí un artículo de Achim Muth, en el mainpost.de, en el que afirma El Carnaval fue como un acelerador [de la epidemia]. Es un artículo que describe la dramática situación del Landkreis, provincia, de Heinsberg que presenta la situación más grave del Estado de Nordrhein-Westfalen, con 760 casos verificados y 8 personas muertas (254.322 hab.). Curioso es que este Land tuvo muchos otros Carnavales: Colonia, con 1 millón de habitantes, y una cifra nada fácil de calcular de visitantes al Carnaval, tiene 274 casos y una muerte; Düsseldorf, con algo más de 600 mil habitantes, 97 casos y una muerte; etc. Nordrhein-Westfalen es el Estado federado con más casos, 3.375, 12 muertes, 33 curados, y casi 18 millones de habitantes.

Si viajamos al sur de Alemania, a la región de Baden-Württemberg, vamos a descubrir que los casos verificados en la provincia a la que pertenece Weil am Rhein, Lörrach, a 7 kilómetros de Basilea y accesible mediante el tranvía número 8 desde la ciudad suiza, son 10 y ninguna muerte. Así mismo, la provincia de Schwarzwald-Baar, donde se celebró el Carnaval de Villingen tiene menos de 10 casos y ninguna muerte. Estas dos provincias están entre las catorce provincias del Estado federado que menos casos tienen, con diferencia.

Podemos observar lo ocurrido en el Carnaval de Nizza, Francia, en Provence-Alpes-Cote d’Azur, donde los casos son 405, con los que se sitúa en la sexta posición con más casos, entre los doce departamentos continentales, excepto Córcega, y sobre el mapa se observa que los seis departamentos con más casos descienden desde los Alpes por la región oriental de Francia.

Si tomamos Suiza, donde en Zürich solo se prohibió la cabalgata, los datos son igualmente curiosos. En el cantón de Zurich hay 270 y una muerte. Zurich ciudad tiene casi medio millón de hab. y el cantón completo 1,5 millones. Es el tercer cantón con más casos, y los tres cantones con más casos se distribuyen como los vértices de un triángulo sobre el mapa, separados entre ellos. El cantón con más casos es Tessin, y seguramente se puede afirmar que por su cercanía a Italia, desde donde llegan cada día varias decenas de miles de trabajadores imprescindibles en la vida diaria de Tessin. Basilea ciudad tiene 119 casos y una muerte, con casi 200 mil hab. En el cantón Freiburg, donde se celebró el Carnaval, y pude documentar su Rababou, hay 38 casos y ninguna muerte, con una población total de 2,25 millones. Un Carnaval al que acudió poca gente, llovía, y cuya ciudad tiene casi 39 mil habitantes.

Si atendemos al caso de España, los dos Carnavales más concurridos se celebraron en Cádiz, 56 casos, ninguna muerte, 3 hospitalizados, y en Badajoz, en cuya área sanitaria hay 25 casos, ninguna muerte, y ninguna hospitalización (Extremadura tiene en total 153 casos y 5 muertes).

No creo que se deba, por tanto, demonizar el Carnaval de ningún modo, o responsabilizar al Carnaval y no hacerlo con los medios públicos de transporte, con los oficios religiosos, etc. Esto que estoy diciendo no invita a que se celebren actos multitudinarios, de ninguna manera, pero con los datos actuales no parece, digo parece, que se deba responsabilizar al Carnaval como acelerador de la epidemia como tal Carnaval, sino a las aglomeraciones de personas. ¿Cuántos se han contagiado, quizá, en las casas de ópera, de conciertos y de teatro hasta que los han clausurado?

La demonización del Carnaval es cosa antigua y no creo que deba dejarse, simplemente, que un nuevo prejuicio cargue las tintas contra un mecanismo imprescindible en una sociedad democrática. Diría que el Carnaval es el espíritu crítico necesario de cualquier sociedad democrática. Las Fallas de Valencia son el Carnaval de Valencia, en realidad, y su prohibición, con la información actualmente disponible, la considero absolutamente justificada.


©Pablo MtnezCalleja, 2020

sábado, 29 de febrero de 2020

Carnaval de Basilea: prohibido por el corona-virus

Basler Fasnacht, Carnaval de Basilea, quedó prohibido ayer por el Bundesrat de Suiza, junto a todos los eventos para más de mil personas.

Tengo un hilo en mi twitter donde hago una crónica continua desde Basilea: @MtnezCalleja

jueves, 20 de febrero de 2020

"COAC para perplejos"

El Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas no es más que un simulacro, un simulacro a la manera en que lo era para Platón; un simulacro en la manera en que actualizó el concepto Deleuze. Comprenderán los aficionados talibanes que sin Platón no se puede comprender a Paco Alba. Los sentidos y sencillos aficionados gaditanos saben que sin Platón…: ¡viva el que haciendo algo en el Falla se le entienda!
Sí, un simulacro de Carnaval, solo un simulacro según la entrada número 3 del Diccionario de la Real Academia Española.

Pepe Baro, uno de mis informantes discretos en Cadi, inmenso conocedor de Cadi, escribía hoy en Facebook lo siguiente: “¿Qué fue antes, las coplas o el concurso? ¡Pues eso!”. Pues eso, Platón en versión para todos los públicos, como debe ser.


La perplejidad me llegó con Vera Luque. Sus Los cadifornia dieron el paso contrario con su pasodoble. Su chirigota se alzó autoridad exigiendo respeto al orden y al buen nombre del simulacro de Carnaval que es el concurso y lanzó su diatriba contra las sátiras silvestres y asalvajadas del pueblo de Carnaval, además de mostrar que hay concurseros que tienen la piel muy fina. Incapaces de encajar burlas ni críticas. Pero el Carnaval era eso, el mundo al revés, la burla, fina o grotesca, la sátira indómita e incorregible. Hay que volver a estar de acuerdo, aunque solo sea en esto, con Caro Baroja cuando habla con desdén de un Carnaval municipalizado.

Se tiene en los mentideros, incluso en el de La cruz de la verdad, la sospecha de que se tapan las vergüenzas de la falta de creatividad con el victimismo ante unas redes sociales que cuando son favorables visten al santo que haga falta. Dedicarle un pasodoble a una cuestión más gastada que el bolso de polipiel del abuelo no aumenta la categoría del concurso, pero lo peor es aparecer como víctimas utilizando el mismo mecanismo generalizador, ya criticado, en el pasodoble de Martínez Ares con los regalos de reyes todavía sin entregar por culpa de la malvada madre. ¿No era el Carnaval burla irredenta, iconoclasta, incombustible e irreductible? Sí, y espero que lo siga siendo por el bien de todøs nosotrøs.


Las críticas, en las redes o donde sea, crecen y existen junto a las alabanzas. Las críticas son síntoma de malestares, incluso de estupidez. En simulacro de Carnaval no te quejes del que se queja de ti solo porque tú creas que lo que haces lo haces bien porque echaste los dientes en él, que quizá no sea así. En Carnaval no pasa algo parecido, y esa ciencia le falta al concurso: cuando algo no gusta, uno se coge el montante, se da uno la media vuelta y a otra esquina. Pero el concurso, porque se está sentado, porque sale en la radio y en la tele, funciona con otro dinamismo y el público queda impedido para serlo. Quien se presenta al concurso sabe eso y no debería dolerse. Quien se presenta al concurso quiere alzarse ganador. Quien desea la gloria debe estar dispuesto a la derrota. Quien quiere estar en boca de todøs, debe aceptar estarlo como las bocas quieran y dejar que le crezca el pelo de invierno como a los caballos de la dehesa.

El concurso, lo he defendido en varias ocasiones, es parte de la industria cultural del Carnaval de Cadi, y lo es de manera absolutamente legítima. Asegura el empleo y los ingresos de un número creciente de personas y es parte de la Cultura del Carnaval de Cadi. Con esa responsabilidad, diría yo, hay que acometer también la realidad completa de ese concurso, y también la de su creatividad, y examinar si las normas del concurso favorecen o limitan la creatividad que haga al concurso más y más atractivo, en sentido cultural y en sentido económico. El Falla es un factor fundamental de la vida de Cadi y el victimismo no le hace bien al Falla.

©Pablo MtnezCalleja, 2020

domingo, 9 de febrero de 2020

Por si los bulos siguen en pie

(La foto llega más tarde)


Mi querido amigo, mi prescidente, mi columnista de cabecera en materia de Carnavá, pormetió una columna sobre bulos arraigaos en el mundo de las comparsas del COAC, pandemia que no afecta a todas por igual y que a alguna de ellas ni siquiera infecta.

Con socarronería, er gallego ataca a lo aldeano-que-tira-la-piedra-y-no-esconde-la-mano, con cargas de profundidad y no deja soldadó, y sépase que Cadi es astillero, con la gafa puesta, que digo yo que a tanto soldadó sin autógena en la mano, por mucho que se empeñe y le desfonden los sombreros, en la ópera de Verona no les van a dá carga de trabajo.

Burla es el Carnavá, burla y no municipal, quiero decir ordenada y vestía de pingüino, sino silvestre o asilvestrada, y la burla que er gallego acomete debería asistirnos a todos los que, con muy poca vergüenza, nos atrevemos, de atrevimiento y no de autoconfianza, a decir en público lo que no confesaríamos ante ninguna rejilla cercana a cofradía o, de cargadores, compañía ni cuadrilla.

El punto primero de su teología de las 7 palabras, que er gallego tiene su punto cabrón y es de los personajes más curtos que conozco de Cadi, es una llamada al público romántico para que se reencuentre con Larra y se vayan tós al chino a comprarse un linternón de astillero y cuando sarga una comparsa la’ lumbre, no vaya a dá arguno un traspié, ahora que la seguridad pública municipal pone el ojo y la lupa en asuntos de la burla.

Como Rilke aconsejaba al joven poeta que no usara de la ironía si no sabía manejarla, er gallego llama ar poeta caletero a que sea caletero y que si se va hasta la reja no exagere con el viaje, y si se atreve con Puerta Tierra tenga en cuenta que todavía queda el istmo: que Cadi se quede en Cadi, que nadie se pone a hablá en griego cuando mientan a Momo y tó eso, que en gaditano se’ ntiende. El que pueda, adelante, pero que sepa.
Además de Rilke, er gallego sabe de Neruda, que ya decía aquello de que le salían los poemas mu largos cuando no tenía tiempo, y que La Caleta se llenó de ispiraciones ya desde setiembre por lo menos. Eso los que no se fueron a los pies de Gades a buscar a la mujer gaditana.

Queden los tics pa’ los relojes, advierte Quique Goberna, que lo repetido se gasta como las levitas de los soldaore y no se hagan furbolista ahora que les han puesto a la salida de las bambalinas un cartelón, y no es de ningún romancero.


Siga la burla del Carnavá y sigan la comparsas hasiendo lo que les dé la gana.

 ©Pablo MtnezCalleja, 2020