domingo, 5 de marzo de 2017

Cabras payoyas y la invención del lenguaje y la forma literaria

No parece caber duda en que desde el humor y la sátira se maneja el lenguaje de un modo muy especial, abreviado, cargado de significado y de tal modo sintético para producir el rápido efecto de querer engañar a nuestro cerebro, aunque sin conseguirlo: allí llega la risa o la sonrisa.

El Carnaval de Cádiz es la gran fuente de este uso del lenguaje en el ámbito hispánico. No es la única, pero sí una de gran potencia, y que ya exporta hacia el Uruguay, con el inmenso significado que ello contiene.




La Chirigota del Ukelele ya introdujo el nombrado instrumento, que durante este Carnaval de 2017 he documentado en, al menos, dos chirigotas más. La misma formación carnavalesca ha disfrutado fama y calorcito con humedá gracias al foam que la venía caracterizando. Este año vuelven con su ukelele, el foam sigue representado en los cuernos de l@s payoy@s, pero traen otra novedad. Unos cupleses que de ninguna manera, por su ingenio y calidad, deben seguir encerrados en una forma que ellos mismos han superado, por lo que yo me he permitido nombrarlos como “cipleses payoyos”.

Los “cipleses payoyos” están compuestos por seis(1) únicas palabras y que contienen todo el significado necesario para expresar una idea completa, que remueve en la memoria del imaginario y produce los efectos de comprensión, emoción, risa o sonrisa entre el público asistente.

Si bien ellos, tal y como me confesaban, se habían inspirado en una afirmación de Oscar Wilde, según la cual seis palabras sería suficientes para un relato con sentido completo, y que en una comilona con sus amigos del Perchero, a la que creo que no faltó José Sánchez, o al menos de ella sabía (y me lo contó), la inspiración procede de un aire literario mucho más denso, que vamos a reseñar brevemente.



A Tito Monterroso se le atribuye una novela de siete palabras que dice así: “Cuando despertó, el dinosaurio ya no (2) estaba allí.”
Igualmente se lanzó a la microliteratura, invento nada nuevo aunque lo parezca solo porque twitter lo desee, corre por las calles la leyenda urbana sobre Ernest Heminway, que hubiera escrito la novela “For sale: Baby shoes, never worn” (‘Vendo zapatos de bebé nunca nacido’). Hay otros autores más, pero me quedo en Oscar Wilde y en su espíritu carnavalero, iconoclasta e irreverente, provocador y descarado:

“That was good. Needs more porn.”

(“Eso fue bueno. Más porno, porfa”)


Con estas inspiraciones se nutre la gran Fiesta de la Palabra que es el Carnaval de Cádiz, cultura, y no solo cultura popular, como la alta cultura quiere argumentar para mantenerla pedestre y niña. Hay mucho más que decir del Carnaval como Cultura a tener en cuenta para todas las fuentes de conocimiento.



Cabras payoyas y su creación literaria. Cipleses payoyos

“No es no.”
“Esta noche tampoco.”
“No bebo más.”
“Por ahí no.”
“Sigue, sigue, ya.”

Y, por finalizar esta crónica, un verdadero monumento a la conexión entre la cultura popular y la literatura carnavalesca, propiciada por la microliteratura:

“Piedra, papel, canuto.”

(“Piedra, papel, tijera” sería lo esperado, desde el juego bien conocido entre niños y jóvenes; pero el humor de las Cabras payoyas cambian una sola palabra para permitir comprender otro arquetipo cultural, el del uso y consumo de hachís.).

La Chirigota del Ukelele sigue su camino de modernización del Carnaval de Cádiz, chirigota de letras mayúsculas.


©Pablo Martínez-Calleja, 2017

(1) Naturalmente se trata de tres palabras y no de seis!
(2) Naturalmente el texto original dice: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.”




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